¿Unidad
de las Iglesias?
por
Lonnie Kent York
¡UNIDAD!
Usted oirá esta palabra haciendo echo de una variedad grupos religiosos
y significa distintas cosas para cada grupo que invoca este ideal. La
Unidad es una bella idea, y las Escrituras respaldan tal concepto. Sin
embargo, el tipo de Unidad que las Escrituras promueven es
significantemente distinto a lo que es recomendado por los distintos
grupos de unidad religiosa de nuestro día.
La
unidad comúnmente predicada hoy es unidad en diversidad - lo cual es un
nombre equivocado. Este tipo de unidad es como la que encontramos a los
pies de la gran imagen del sueño del Rey Nabucodonosor en Daniel
capitulo dos. Aquí encontramos hierro mezclado con barro. Estaban
unidos, pero no había unidad entre ambos elementos. Como dice el texto,
estaban divididos. Su unión estaba destinada a la separación, porque
estos dos elementos no pueden estar unidos en ninguna forma útil.
Unidad es lo opuesto a diversidad, y cualquier intento para formar tal
unión esta destinado a la ruina como la gran imagen de Nabucodonosor.
En contra de este tipo el apóstol Pablo habla en
contra en II Corintios 6:14-18
2 Corintios 6
14 No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿Ó qué parte el
fiel con el infiel? 16 ¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos?
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán
mi pueblo. 17 Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice
el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré á
vosotros Padre, Y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor
Todopoderoso.
Aquí encontramos que las cosas de Dios no pueden
estar en yugo con las cosas de este mundo: creyentes con incrédulos;
justicia con injusticia; luz con tinieblas. Como el hierro y el barro,
estos no pueden ser unidos para formar una unidad. Como dice Juan,
1 Juan 2
15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama
al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay
en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los
ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.
¿Cuál
es la sustancia del nuevo movimiento de unidad? Distintos como lo que
son, existe una característica subyacente en todos estos movimientos.
Ellos, todos, contienden por una unidad que ignora diferencias
doctrinales esenciales, o un sistema de compromiso. Ellos quieren
comprometer aquellas áreas esenciales donde las diferencias son más
distintas. En efecto, ellos quieren acordar no discutir o imponer tales
diferencias con la esperanza de efectuar una unión.
Una vez
mas, esto no es un concepto Escritural. Dios es un Dios celoso, y no
quiere que el hombre adore a otro fuera de Él. Esto también se
extiende a Sus enseñanzas (doctrinas). A Israel Dios le advirtió en
contra de cualquier alteración a Su palabra:
Deuteronomio 4
2 No añadiréis á la
palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis
los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.
En El Nuevo Testamento también existe tal
actitud hacia la Palabra de Dios.
Apocalipsis 22
18 Porque yo protesto á cualquiera que oye
las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas
cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este
libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía,
Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de
las cosas que están escritas en este libro.
Un cristiano no puede comprometer la verdad
en ninguna forma. Por lo tanto, la unidad basada en compromiso no es
unidad Bíblica.
Las
Escrituras nos enseñan el concepto de unidad. La esperanza y oración
de nuestro Señor fue que sus discípulos fueran uno, o unidos y no
divididos. En el ministerio de nuestro Señor, encontramos que Él enseñó
que una casa dividida entre sí no podía permanecer (Lucas 11:17). Los
hombres saben que necesitamos este mismo tipo de unidad. Aún Abraham
Lincoln advirtió en contra de los peligros de una nación dividida.
Entonces, la unidad de la que habló el Señor debe ser diferente a la
que es recomendada por las personas de nuestro día y era.
La
unidad por la que oró nuestro Señor fue una como la unidad que Él
poseía con Su Padre. El saber que tipo de unidad es este nos ayudará a
entender la verdadera unidad. ¿Cómo son el Padre y el Hijo uno? Cristo
dijo que aquel quien le había visto a Él, había visto el Padre,
entonces ellos son los mismos en cierto respecto, aunque diferente en
personalidad. Ellos son los mismos en que ellos no difieren en propósito
o doctrina.
Cristo
dijo que sus palabras no eran de él, pero las que su Padre les había
dado (Juan 12:49, 50). O, ellos eran uno en doctrina porque Jesús nunca
habló nada excepto lo que el Padre le había dado que hablase. Note que
Dios le enseñó las palabras.
Juan 8
28 Díjoles pues, Jesús: Cuando levantareis al Hijo del hombre, entonces
entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; mas como el Padre
me enseñó, esto hablo.
Aun el Espíritu Santo no puede hablar excepto lo que
ha oído, lo cual fueron las palabras de Jesús - Palabras de Dios.
Juan 16
13 Pero cuando viniere aquel Espíritu de
verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo,
sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han
de venir.
Si algún hombre habla, debe hablar de los oráculos
de Dios (I Pedro 4:11). Por lo tanto, la unidad por la que oró el Señor
fue una unidad en doctrina. Esto, entonces, excluiría una unidad basada
en diversidad de doctrina.
En la iglesia primitiva ocurrieron divisiones y una súplica
fue hecha por la unidad. Pablo, en I Cor. 1:10 ruega por la unidad.
1 Corintios 1
10 Os ruego pues, hermanos, por el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no
haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en
una misma mente y en un mismo parecer.
Aquí
aprendemos de dos hechos importantes. Primero, Dios odia la división.
La razón es obvia. La División debilita el cuerpo. No se puede
mantener. Por eso, Pablo ruega por la unidad. Segundo, encontramos la
manera en la que se traen los hermanos de vuelta a la unidad del cuerpo.
Pablo provee tres maneras que pueden y traerán las personas a la unidad
religiosa:
1.
Hablen la misma cosa,
2.
tengan la misma mente,
3.
Y el mismo parecer.
Un
examen cuidadoso a I Corintios 1;10 nos provee con los medios
escriturales para alcanzar la unidad entre Cristianos. La primera oración,
" que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre
vosotros disensiones " presenta el primer elemento para
alcanzar unidad. ¿Cómo podemos tener unidad si no hablamos todos la s
mismas cosas? Este era el punto que Pablo hacía. La palabra "hablar",
de acuerdo a Thayer (p. 374) significa,
"decir una cosa...profesar una y
la misma cosa, I Corintios 1:10"
Si los
hermanos no están hablando las mismas cosas, ¿cómo podrán ellos jamás
esperar tener unidad espiritual? Esta es la razón para la próxima
declaración respecto a las divisiones. Si los hermanos están hablando
las mismas cosas, esto es en temas doctrinales, entonces no habrá
causas para divisiones.
Esta
parte es ilustrado por Pablo en los próximos versículos, donde algunos
estaban diciendo que ellos eran de Pablo, o de Apolos o de Cefas o de
Cristo. La respuesta de Pablo a esta división fue ¿Está divido Cristo?
¿Fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el
nombre de Pablo?" En cada una de estas preguntas retóricas,
encontramos que se apela a lo que enseñan las escrituras, o la doctrina
de Cristo. Si todos ellos hablaran las mismas cosas, entonces podrían
darse cuenta que Cristo no esta dividido; que Pablo no ofreció su vida
para su salvación; y que ellos no fueon bautizados en el nombre de
Pablo. Si nosotros pudiéramos oír a lo que estamos hablando, y luego
lo comparamos con las Escrituras, pudiéramos resolver la mayoría de
las divisiones que existen hoy en el cuerpo de Cristo.
En esta
declaración también encontramos el mandamiento para buscar la unidad
Cristiana. Considerando la situación en la Iglesia de Corinto, no había
aún ocurrido una división abierta, pero los hermanos estaban divididos
en sus puntos de vista. La apelación de Pablo era que ellos juntaran de
nuevo las partes rotas de su división y sanaran el cuerpo de Cristo.
Esto
puede ser alcanzado únicamente cuando ellos comenzaran a hablar las
mismas cosas, o volvieran a las escrituras como la única base para
hablar cosas espirituales. Por eso, encontramos que las próximas dos
partes son presentadas para ayudar a los hermanos en este proceso.
Estos
hermanos debían estar "seáis perfectamente unidos en una misma
mente y en un mismo parecer". La frase "perfectamente
unidos" implica, por definición, que la acción de volver a juntar
algo lo cual había sido roto, trayendo harmonía nuevamente a la
situación. Si la situación continúa, entonces habrá una división
abierta, por eso ellos debían restaurar la congregación a la forma
original la cual Pablo les había enseñado en el principio. Esto solo
se podía hacer si ellos poseían la misma mente y el mismo parecer.
Tener la
misma mente y el mismo parecer en algo, es de acuerdo a Lightfoot, es
tener "el mismo estado de mente, el juicio, opinión o sentimiento,
lo cual es el resultado..." de la misma mente. (Citado por
Robertson en "Word Pictures in the New Testament" Vol. IV,
page 72).
Poseer
la misma mente acerca de algo es pensar igual o poseer el mismo estado
de mente respecto a un tópico. Esta palabra es usada muchas veces para
referirse a "la mente de Cristo", por eso si poseemos la misma
mente en algo espiritual, iremos a las escrituras y buscaremos la mente
de Cristo como ha sido revelada por el Espíritu Santo a través de los
apóstoles y profetas. Luego, debemos tener el mismo parecer en el
asunto. Tal viene de nuestro entendimiento de las Escritura. Al poseer
la misma mente y parecer en los asuntos espirituales, podemos sanas las
fracciones que ocurren en el cuerpo de Cristo.
El énfasis
de este articulo es demostrar que los movimientos corrientes en pro de
la unidad no están fundamentados sobre fundamentos Escriturales, y
deben ser evitados. El único camino a la verdadera unidad es el volver
a las Escrituras y volver a la forma neo-testamentaria de fe y práctica.
Que cada uno de nosotros busque la Unidad Bíblica.
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Escrito
01/16/2006
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