¿Qué
Sucede al Morir?
El
ser humano está compuesto por una parte espiritual (el alma/ espíritu) y
una parte material (el cuerpo.) Cuando estas dos partes se separan ocurre
la muerte de las personas (Génesis 35:18.)
Esto es lo que llamamos el “fin de la vida” (Salmo 90:9) y se
puede ver la muerte como “el final”(Job 36:11) de la vida física
aquí en la tierra. Desde el
punto de vista físico, cuando una persona muere, ha dejado de existir
pero eso es solo desde la perspectiva terrenal. Podemos ver el cadáver de
una persona que estuvo viva pero que ahora su cuerpo yace inmóvil y sin
signos algunos de vida. La
vida no está en él – es un cuerpo muerto.
Aunque
la muerte se refiere “al final” de los días, la muerte física en sí
no es inexistencia ni el fin de todo. Al morir el cuerpo es enterrado y se
desintegra; vuelve al polvo de donde vino (Génesis 3.)
Pero la parte espiritual que se separó del cuerpo aun existe en un
“estado de muerte”. La
Biblia nos habla de un lugar llamado ‘Seol’ en el Antiguo Testamento (Génesis
37:35) y ‘Hades’ o “lugar
escondido” en el Nuevo Testamento.
A veces el Seol es referencia al sepulcro (Salmo 30:3) pero otras
veces es referencia al lugar donde van los espíritus de aquellos que han
muerto (Job 26:6.) El Seol/
Hades se encuentra “abajo” (1 Samuel 2:6) y es el mundo de los
espíritus de los muertos.
Aunque
la muerte como tal es castigo divino por el pecado (Romanos 6:23) y es de por sí “el temor”
de los vivos (Salmos 55:4; Hebreos 2:15), la Biblia nos dice que la
muerte de “los santos” es un “dormir” del cuerpo del cual serán
despertados en la resurrección (1 Corintios 15:51-52; 1 Tesalonicenses
4:14-17.) La muerte de los
creyentes es tenida con “estima” a los ojos de Dios (Salmo 116:15) y
es “esperanza” de los justos (Proverbios 14:32; 1 Tesalonicenses
4:13.) Por lo tanto la muerte
no es igual para los que mueren en Dios y para los impíos.
Al morir, el alma de las personas
es llevada por los ángeles a uno de dos lugares.
Los pecadores son llevados a un lugar de espera en tormento pero
los justos gozan de paz y tranquilidad.
El relato de Lázaro y el rico en Lucas 16 nos dice que después de
morir, Lázaro fue al “seno de Abraham” o “paraíso”( Lucas
23:43), un lugar de paz y consuelo (Lucas 16:22), cuando Cristo murió en
la cruz, su alma/ espíritu fue al Hades y el Dios Padre, a quién le
había “encomendando su espíritu” (Lucas 23:46) cuidaba de él con su
presencia en aquel lugar (Salmo 139:8);
mientras que el rico de la historia de Jesús fue a un lugar de
horrible tormento.
La
Biblia dice que la ira del fuego de Dios arde hasta lo profundo del Seol
(Deuteronomio 32:22.) Allí
los impíos están esperando
hasta el día de juicio final mientras que los santos son llevados a un
lugar de descanso y tambien esperan de forma consciente (Revelación 6:9),
por eso la muerte es referida por los teólogos como el “estado
intermedio.” Sobre la muerte física de los creyentes la Biblia
nos dice que “están vivos y no muertos” (Mateo 22:32), que están “descansando”
(Revelación 6:9), que están “reinando con Cristo” (Rev. 20: 4), que
están “en la presencia del Señor” (2 Corintios 5:6-8) y “alaban a
Dios” (Isaías 44:23), por lo cual dice el Apóstol Pablo que es “muchísimo
mejor” que la vida en la tierra (Fil. 1:23.) Desde el punto de vista
terrenal los muertos “terminan sus planes” (Salmo 146:4.) Sin
embargo ambos tienen conciencia del lugar donde se encuentran y tienen
conocimiento del pasado (Lucas 16:25), del presente (Lucas 16:23) y del
futuro (Lucas 16:28) que les depara. En ese estado
permanecerán todos los muertos “hasta
que no halla cielos” (Job 14:12; Rev. 6:14; 20:11.)
La
Biblia también declara que está establecido que los hombres mueran una vez y
después de eso el juicio (Hebreos 9:27.)
Por tal la muerte es un punto sin retorno, no hay purgatorio para segundas
oportunidades. Una vez que las personas han muerto toda oportunidad
de salvación se ha perdido y su destino eterno ha sido fijado.
Solo le espera ser juzgados por Dios en el “juicio eterno” (Hechos
17:31; Romanos 2:16; Hebreos 6:12.)
Cuando
llegue el día prefijado por Dios el cual coincidirá con la Segunda
venida de Cristo (Juan 5:28-29), todos los muertos, justos e injustos
resucitarán para ser juzgados (Mateo 12:40-41.)
Aquél día comparecerá frente al trono de Dios tanto “los vivos
y los muertos” (2 Timoteo 4:1; 1 Pedro 4:5) para ser juzgados por medio
de Cristo (Hechos 17:31; Romanos 2:16) y recibir su recompensa de vida
eterna o castigo de condenación eterna según como hallan hecho mientras
estaban con vida en la tierra (Romanos 2; 2 Corintios 5:10; Rev.
20:11-15.) Los justos “resucitaran
para vida” con cuerpos incorruptibles a la imagen de Cristo y los
injustos “resucitarán para condenacióny verguenza perpetua” lo que
se conoce como "la destrucción (Romanos 9:22) del juicio eterno en el lago de fuego y
azufre (Daniel 12:2; Juan 5:28-29; Hebreos 6:2; Rev. 20:14), esa es “la
muerte segunda”. Pero los
justos “serán redimidos del Seol” (Salmo 49:15.),
ese mismo día la misma muerte será destruída para siempre (Isaías
25:8; Oseas 13:14; 1 Corintios 15:54-55: Revelación 20:14) y entonces los
santos gozarán de eterna bendición frente a la presencia de Dios (Job
16:26) reinando con Cristo por los siglos de los siglos en los cielos nuevos y la
tierra nueva donde no habrá más llanto, ni más dolor ni más muerte
(Revelación 21:4ss; 22.)
¡AMEN!
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