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EL APOCALIPSIS:
¿CUANDO Y POR QUIEN FUE ESCRITO?
(1871)
-Por
Enoch Pond,
Professor at the Theological Seminary, Bangor, Maine.
Ninguno
de nuestros libros sagrados ha excitado tantas preguntas, y llevado a
tanta diversidad de interpretaciones, como lo ha sido el Apocalipsis.
No es mi propósito el mencionar todas ellas, ni alguna parte
considerable de las tales, sino que me he de contentar con mostrar lo
que concibo como la verdadera historia, diseño e interpretación.
Comienzo
con inquirir sobre el autor del libro, y la fecha en que se escribió el
mismo.
El
Apocalipsis se ha dicho repetidamente que fue escrito por Juan. El libro
comienza con una declaración a este efecto: “la
dio a conocer, enviándola
por medio de su ángel a su siervo Juan.” Además: ‘Juan, a las
siete Iglesias de Asia.” – “Yo Juan, vi bajar del cielo de Dios a
la Santa Ciudad, la nueva Jerusalén.”
¿Pero
que Juan es este? ¿Era este Juan el discípulo amado y Apóstol, o era
otro hombre? Papías habla de un presbítero por el nombre de Juan,
quien vivió en Asia Menor en la parte final del primero siglo; y de
acuerdo a algunos críticos, el Apocalipsis ha de ser adscrito a el.
Pero de este Juan nosotros sabemos poco o nada excepto su nombre; y la
suposición de que el escribió el Apocalipsis es una mera conjetura,
que se levantó mas de doscientos anos después de su muerte, por
aquellos que deseaban destruir la autoridad canónica del libro.
Por lo tanto, rechazamos tal sugerencia, como una no digna de
seria consideración, y adoptamos de todo corazón la opinión recibida,
que el autor de este maravilloso libro no es otro sino el apóstol Juan.
Como
prueba de esto, citamos, primero, las
circunstancias del escritor, como ha sido detallado por el mismo. El
dice (cap. 1:9), “Yo Juan, quien soy además vuestro hermano, y compañero
en tribulación, y en el reino y la paciencia de Jesucristo, estaba en
la isla llamado Patmos, a causa de la palabra de Dios, y del testimonio
de Jesucristo.” En otras palabras, el escritor, quienquiera que haya
sido, estaba, en ese tiempo, sufriendo persecución por el amor de la
verdad, y había sido exiliado a la isla de Patmos.
Pero, de acuerdo al testimonio de los primeros padres, el apóstol
Juan, en un tiempo de severa persecución, fue exiliado a la isla de
Patmos. Yo casi no tengo
que citar sus palabras en este punto. Clemente
de Alejandría, Tertuliano, Orígenes, Victorino, Eusebio, Epifanio,
Sulpicio, Severo, Jerome, y una gran cantidad de muchos otros, [1] nos
dicen (para usar las mismas palabras de Orígenes), “que un emperador
Romano exilió al apóstol Juan
a la isla de Patmos, por el testimonio de cual había dado con relación
a la palabra de verdad.” Esto muestra que fue Juan el Apóstol, y no
otro, quien escribió el libro bajo consideración.
Añadiendo
a este hecho, tenemos el director testimonio de muchos de los primeros
padres. Justino Mártir, quien floreció de cuarenta a sesenta anos
después de la muerte de Juan, que dice “Un cierto hombre, por nombre
de Juan, quien era uno de los apóstoles de Cristo, profetizó,’ etc.
[2] Melito, obispo de Sardis, un contemporáneo de Justino, escribió un
libro concerniente a “el Apocalipsis de Juan” [3] Apolunio, un
distinguido escritos de Asia Menor, en un libro contra los Montanistas,
apela, de igual manera al “Apocalipsis de Juan” [3] Ireneo, en su
obra contra las Herejías (libro 4, cap. xx), habla repetidamente de
Juan – el mismo que escribió el evangelio – como el autor del
Apocalipsis. Clemente de Alejandría, hablando del hombre justo, dice,
“El se sentará entre los veinticuatro en los tronos, juzgando la
gente, como Juan dice en Apocalipsis.” [4] Tertuliano, el primero de
los padres latinos, ha menudo del Apocalipsis como una obra del apóstol
Juan. En su libro contra Marción, refiriéndose a Rev. 1:16, el
dice, que el apóstol Juan, en su Apocalipsis, describe la espada
procediendo de la boca de Dios.’
Hipólito,
obispo de Ostia, testifica abundantemente del origen Juanino del Apocalipsis. En
su libro ‘DE Anticristo,’ sección 9, el dice, “Bendito Juan, apóstol
y discípulo del Señor, me dice que respecto ¿Qué cosas que ves y
escuchas respecto a Babilonia?” y luego cita Revelación, capitulo 17
y 18, como el testimonio del Apóstol.
Orígenes,
el más educado de los primeros padres, quien nación solamente setenta
y ocho años después de la muerte de Juan, habla continuamente de este
apóstol como el autor del Apocalipsis.
Casi no tengo que citar pasajes. En su comentario a Mateo, el
dice, “Juan, el hijo de Zebedeo, dice en Apocalipsis.”
Pero
si el Apocalipsis era tan generalmente atribuido, en los primeros días
de la iglesia, como una obra de Juan y de autoridad canónica, ¿Cómo
es que vino ha ser, después de un tiempo, en los primeros años de la
iglesia, a una obra de Juan y con autoridad canónica, como vino a ser,
que con el tiempo, eso era disputado? ¿Qué pudo haber llevado a
algunos padres del tercer y cuarto siglo, tales como Dionisio, y Nepos
de Alejandría, Cayo de Roma, y aun Eusebio, el historiador, a
entretener dudas al respecto? Para contestar esto: Estas dudas fueron
entretenidas, no a consecuencia de razones históricas, sino por razones
puramente doctrinales.
La prueba histórica de la apostolicidad y la autoridad canónica
del Apocalipsis era amplia; pero los milenarios se aferraron al pasaje
den capitulo 20 – donde habla de la atadura de Satanás por mil años
– y lo impusieron como prueba de sentimientos peculiares. Y los padres
arriba mencionados pensaron que, quizás la mejor manera de salir del
problemático pasaje era descartando el libro que lo contenía. Por eso, así razonaba Lutero, por un tiempo, en cuanto a la
Epístola de Santiago, porque al no saber como interpretarla; el estaba,
a principios, inclinado a rechazarla.
Después
de la revolución de Constantino, El Milenarismo de los tiempos
primitivos cayó en descrédito. Y desde ese periodo, la autoridad del
Apocalipsis fue totalmente restaurada, y, con pocas excepciones, ha sido
mantenida hasta nuestros tiempos.
Durante
el siglo pasado [Siglo 18], los críticos de Alemania han asaltado el
Apocalipsis, negando, con términos más fuertes, que haya podido ser
escrito por el Apóstol Juan. Por
eso dice De Wette: “Nada se mantiene tan firme como que el Apóstol
Juan, si es el escritor del evangelio, y la primera epístola, no
escribió el Apocalipsis;” y Elwad dice: ‘El que el Apocalipsis no
fue escrito por la misma mano que escribió el evangelio y la Epístola,
es tan claro como la luz del sol’.
La principal objeción para el origen Juanino del Apocalipsis
nace de su estilo – sus palabras y frases peculiares; un argumento por
el cual esta clase de críticos han demostrado poder probar o desaprobar
casi todo; por ese medio han probado que Moisés no escribió el
Pentateuco, ni Daniel las profecías, ni los evangelistas los evangelios
los cuales llevan sus nombres; por medio de [tal objeción] ellos han
probado que Homero no escribió sus poemas, ni Platón sus diálogos, ni
Cicerón sino una parte de sus oraciones.
El
estilo de Apocalipsis no es mas distinto que de otros escritos de Juan,
sino en su tema, el método, el objeto de la composición.
¿Cómo es posible, que escribiendo tal libro como el que tenemos
delante, -- compuesto, en gran parte, por visiones, tipos, y
representaciones simbólicas, -- que el estilo no ha de ser diferente a
las llanas narraciones históricas, o a una epístola familiar y amable?
Cualquier crítico competente decidiría de antemano que debe haber
expresiones particulares, y amplia
diversidad de estilo.
Aún
así, se haya muchas semejanzas. El profesor Stuart ha destacado una
larga lista de estas, llenando varias paginas en su comentario erudito,
demostrando que muchas de las favoritas expresiones de Juan, ocurriendo
en las Epístolas, son también halladas en el Apocalipsis [5]
Pero
si Juan escribió el Apocalipsis, ¿Dónde
y cuando lo escribió? ¿Y cual es la fecha propia del libro? ¿Y cuál
es la fecha propia del libro? El que Juan vio sus visiones cuando se
encontraba exiliado y perseguido en la isla de Patmos, el mismo lo ha
declarado. El las escribió en la isla o poco después de su retorno de
ella.
Pero
¿cuando fue Juan expatriado a la isla de Patmos? ¿Bajo cual de los
emperadores ocurrió su exilio?
Sobre
esta cuestión, los intérpretes modernos están divididos, algunos
suponiendo que él estuvo exiliado bajo la persecución de Nerón cerca
del año 66; mientras otros insisten que fue expatriado bajo Dominiciano
tan tarde como el año 96. Si
la primera de estas suposiciones es correcta, entonces Juan fue
expatriado y vio sus visiones antes de la destrucción de Jerusalén por
Tito. Y aquellos que
adoptan este punto de vista insisten que la mayor parte del libro de
Revelación, todo aquello entre los capítulos 4to y el 20mo, se
relaciona a la apremiante destrucción de Jerusalén, y a la muerte de
Nerón; o, cuanto más, la caída del imperio Romano Pagano.
Este
esquema de interpretación fue primeramente inventado por los Jesuitas
[6], con la visión de rescatar el Papado de las aplastantes visiones y
denunciaciones del Apocalipsis. Fue
muy dispuestamente adoptada por los Racionalistas de Alemania.
Desde entonces ha hallado favor con un clase de interpretes en
Inglaterra y en este país, entre los cuales, siento decir que se
encuentra el ya fallecido Profesor Stuart de Andover, y el Profesor
Cowles de Oberlin. Me
propongo hacer un breve examen de este esquema de interpretación en mi
próximo capítulo. Por el
presente tenemos que meramente tratar con la fecha del Apocalipsis, o el
tiempo cuando este fue escrito.
Se
ha pensado que favorece una fecha temprana del Apocalipsis, y la
interpretación que crece de ella, que las cosas que allí se predicen
estaban por suceder pronto: “La revelación de Jesucristo, las cuales
Dios le dio, para mostrar a sus siervos las cosas que han
de suceder pronto’ (Rev. 1:1) Pero es admitido por todos, que,
entre las cosas que se predicen en este libro, están, la resurrección,
el juicio general, y el estado final de los justos y de los malos, y
estas cosas se repite en el capítulo final, han de “ocurrir
pronto” – “el tiempo está cerca.” – “Mirad, yo vengo en
breve, y mi galardón conmigo, para pagar a cada uno según su obra”
(Rev. 22:6, 19, 12).
¿Cómo,
entonces debe esta fraseología ha de ser entendida? ¿Cómo fue
entendida por el autor del libro y por el Espíritu quien la inspiró?
No, seguramente, de acuerdo a nuestra estimación del tiempo, sino como
Dios lo estima, para quien “un día es como mil años, y mil años
como un día.”
Se
asume por algunos escritores, que la venida de Cristo, mencionada en
Revelación 1:7, a causa de esa intimación, que algunos de los que
estaban actualmente envueltos en su crufixión estarían presentes:
“Todo ojo le verá, y los que lo
traspasaron.” Pero, en el sentido en que los judíos asesinos
mataron traspasaron al Salvador, todos nosotros lo hemos traspasado por
nuestros pecados. El fue literalmente traspasado por solamente un
hombre, y ese fue un soldado Romano (Juan 19:34).
En la misma oración con la cita arriba mencionada, se dice, que
“todas las tribus de la tierra harán lamentación por El” (Rev.
1:7). ¿Estaban “todas
las tribus de la tierra” presente, con sus llantos y lamentaciones,
cuando Jerusalén fue destruida? ¿O, está esta escena reservada para
la venida final de Cristo a juzgar el mundo?
Es
además urgido que, que el Apocalipsis debe haber sido escrito en el
tiempo de Nerón, porque solamente siete Iglesias son mencionadas en el,
lo que probablemente, era el numero de todas las Iglesias existentes en
Asia Menor. Pero será
muy fácil mostrar que había muchos Iglesias en Asia Menor antes de la
muerte de Pedro y Pablo. En
adición a aquellas mencionadas en Apocalipsis, había Iglesias en
Iconio, en Listra, en Derbe, en Psidia de Antioquía, en Hierápolis, en
el Ponto, en Capadocia, en Bythinia, en Cilicia, en Galacia, en Colosa,
y probablemente muchos otros lugares.
El porqué fueron
enviados mensajes solamente a estas Iglesias, no pretendo saber.
Quizás estas eran las únicas con las cuales Juan estaba
particularmente relacionado; o el número, siete, puede haber sido
tomado, porque es un número perfecto favorito entre los Judíos.
En
su totalidad, no hallamos nada, en el Apocalipsis o fuera de él, lo
cual deba llevarnos a pensar que fue escrito durante la persecución de
Nerón, y que la mayor parte del libro tiene que ver con su muerte y la
destrucción de Jerusalén, o con la caída de la Roma pagana.
Adoptamos, por lo tanto, la otra suposición; que fue escrito
durante la persecución bajo Dominiciano, cerca del final del primer
siglo, y que toma un alcance de significado mayor al que se ha referido.
No
parece ser que Juan se pudo haber familiarizado con las iglesias de Asia
Menor sino hasta cerca del final de la persecución Neroniana.
Estas iglesias fueron mayormente establecidas por Pablo, y
estaban bajo su cuidado e inspección particular.
El las visitaba a menudo cuando se hallaba en libertad; y después
de su aprisionamiento, el escribió cartas frecuentes, y se mantuvo en
constante comunicación con ellas: sin embargo, ninguna de sus cartas,
hallamos alguna mención de Juan, o alguna referencia a él como alguien
que residía en esa área. De
acuerdo a esto, el profesor Schaff dice: “fue probablemente el
martirio del Apóstol a los Gentiles, y los peligros y distracciones que
le afectaban, lo que llevó a Juan a tomar este importante paso, y
levantar su estructura sobre el fundamento establecido por Pablo” [7]
Neander también dice: “Después del martirio de Pablo, es probable
que Juan haya sido llamado por la mayor parte de las iglesias a
transferir su centro actividad a esta área. [8]
Nerón
puso final a su vida, en la persecución que terminó en el año 68.
Unos dos o tres años después de la muerte de Pablo, Juan muy
difícilmente se movió a la región de Asia Menor durante la violencia
y persecución, y el debió haber residido allí por un tiempo
considerable antes de haberse relacionado íntimamente con las Iglesias,
y adquirido mucha influencia y autoridad, tal como lo justificaría el
estar dando dirección, tales como los mensajes a ellas que encontramos
en la Revelación. Por lo
tanto, la probabilidad es, que Juan no estaba en Asia Menor, o, que si
estaba allí, no estaba en las circunstancias para presentarle a ellos
tal libro como el que tenemos ante nosotros, sino hasta mucho tiempo
después de la muerte de Nerón, y su después que su agria persecución
de los Cristianos hubo cesado.
Varias
evidencias, tomadas del mismo [libro de] Apocalipsis, nos asegura que no
puedo haber sido escrito sino hasta cerca del final del
primer siglo.
No
fue hasta este tiempo que el primer día de la semana comenzó a
llamarse “el día del Señor”, que Juan estaba en el espíritu, y
vio la apertura de la visión del Apocalipsis (Rev. 1:10)
No
fue sino hasta cerca del final del primer siglo que en había un anciano
presidente, un ángel, en cada una de las Iglesias. Previamente
a esto, los ancianos de la Iglesia siempre eran clasificados juntos,
pero cada una de las iglesias de Asia, parece haber tenido un oficial
presidiendo, o anciano, cuando el Apocalipsis fue escrito.
Los
errores Gnósticos habían comenzado a mostrarse en el tiempo de Pablo,
pero habían madurado ni se habían organizado bajo jerarquías antes
del final del primer siglo; sin embargo oímos de los Nicolaítas, una
secta de los Gnósticos, en dos mensajes a las Iglesias de Asia (Rev.
2:6, 15). Cerca del final del primer siglo, y no antes, los líderes Gnósticos
comenzaron el trabajo de mutilar los libros sagrados de los Cristianos.
Fue precisamente esta práctica, probablemente, la cual llevó a las
denuncias finales del Apocalipsis: “Si alguno añadiere a estas cosas,
Dios ha de añadir las plagas que están escritas en este libro: y si
alguno quitare de las palabras de este libro de esta profecía, Dios
quitará su parte del libro de la vida, y de la ciudad santa, y de las
cosas que están escritas en este libro.” No había ocasión para
amenazas como estas sino hasta el final del primer siglo.
Es
obvio que las siete iglesias de Asia estaban en muy distinta condición,
cuando fue escrito el Apocalipsis, que durante el tiempo de Nerón y de
Pablo. La iglesia de Éfeso
había “perdido su primer amor.”
La iglesia de Esmirna tenían algunos en su filas que pertenecían
a “la sinagoga de Satanás.” La
iglesia de Pergamos había dado entrada no solamente a los Nicolaítas,
sino también a los que tendían “la doctrina de Balaán, quien enseñó
a Balac a poner piedra de tropiezo ante los hijos de Israel.”
La iglesia de Tiatira permitía que “la mujer Jezabel” enseñara,
a seducir sus miembros a cometer fornicación, y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos. La
iglesia de Sardis tenía solamente “unos pocos nombres” que no habían
ensuciado sus vestiduras; mientras que los miembros de la iglesia en
Laodicea se habían vuelto tibios y ofensivos a Cristo, quien estaba
listo para “vomitarles de su boca.”
En
resumen, estas Iglesias habían declinado – tristemente declinado, de
lo que habían sido cuando Pablo escribió sus epístolas a algunas de
ellas; y se debe permitir [algún] tiempo – un tiempo considerable,
para poder dar lugar a sus defecciones. Si suponemos que el Apocalipsis
fue escrito durante la persecución de Nerón, - solamente unos pocos años
subsiguientes a los escritos de las cartas de Pablo, -- el tiempo
requerido no está disponible. Pero
si el libro fue escrito treinta años más tarde, en la persecución
bajo Dominiciano, se puede hallar lugar para el declive, por lo menos a
causa del tiempo.
El
testimonio de los Padres en el punto ante nosotros es justamente eso, y
lo que podemos esperar en vista a los hechos detallados arriba.
Con pocas excepciones, es unánime el adscribir el exilio de
Juan, y los escritos del Apocalipsis, al tiempo de Dominiciano.
Comenzamos con Ireneo, obispo de Lyon, en Gaul.
El había sido un discípulo de Policarpo, quien fue discípulo
del Apóstol Juan. El debió haber estado familiarmente relacionado con
las circunstancias de la expatriación de Juan, con el tiempo de la
misma, y la persona por la cual fue decretado. El no pudo haberse
equivocado en estos puntos, ni hay algún error o ambigüedad en su
testimonio. “El Apocalipsis”, el nos dice “fue visto no hace mucho
tiempo atrás, sino casi en nuestra propia generación, cercad del final
del reino de Dominiciano”[9]. Este
testimonio nunca se ha descartado, y nunca se podrá.
Es suficiente por sí mismo, considerando las circunstancias,
para decidir la cuestión ante nosotros.
Pero
este testimonio no está solo. Está concurrido por casi todos los Padres más distinguidos.
Victorino dice repetidamente, que Juan fue exiliado por
Dominicinao, y que en su tiempo el vio la Revelación.
Hipólito habla de Juan habiendo sido exiliado a Patmos bajo
Dominiciano, donde él vio el Apocalipsis [10]. Eusebio, hablando de la
persecución, dice: “En esta persecución, Juan el Apóstol y
evangelista, estando todavía vivo, fue expatriado a la isla de
Patmos.” [11] Jerónimo, en su libro de hombres ilustres, dice:
“Dominiciano, en su decimocuarto año de reinado, levantó la próxima
persecución después de Nerón, cuando Juan fue expatriado a la isla de
Patmos, donde él vio visiones, y donde escribió la Revelación.”[13]
Serían
innecesario el multiplicar citas como estas, y seguirlas a un periodo
posterior. Se ha dicho que
estos testimonios son de poco valor, ya que todos están basados uno
sobre otro, y que últimamente sobre el de Ireneo.
Pero esto no es cierto; por lo menos, nadie tiene ningún derecho
o razón para afirmar que eso es cierto.
Ellos demuestran lo que era la convicción establecida de la
Iglesia en el punto ante nosotros, desde el segundo siglo hasta el sexto,
- el mismo tiempo cuando la cuestión mejor puede ser establecida; y,
según el juicio entonces formado, y tan unánimemente expresado, nos
hace a nosotros en el siglo 19 a dar nuestro consentimiento.
No puede ser opuesto sino sobre razones vastamente más pesadas
que las que ya han sido presentadas.
Será
visto que la cuestión aquí discutida tiene mucho que ver con la
interpretación del Apocalipsis. Si
este libro fue escrito cerca del final del segundo siglo, casi treinta años
después de la muerte de Nerón y la caída de Jerusalén, entonces es
vano el buscar su cumplimiento en cualquiera de estos eventos.
No hay la más mínima alusión a ninguno de ellos, desde el
principio del libro hasta el final del mismo.
Pero
muchas personas en este día, -- siguiendo el Profesor Stuart y los
Alemanes, - están inclinados a adoptar su esquema de interpretación,
será bueno examinarlo más particularmente.
Documento
Orginal en Inglés: http://covenanter.org/Postmil/AntiPreterist/ponddate.htm
Notas:
[1]
See Lardner's Credibility, vol. v. pp. 414-416.
[2] Dialogue with
Trypho, chap. 80,81.
[3] In Euseb. Ecc. Hist.
iv. 24 and 28, v. 18.
[4] Strom. iv. 4.
[5] See Stuart's Comment.
on the Apocalypse, vol. i. p. 406.
[6] By Alcazar, a Spanish
Jesuit, who flourished near the commencement of the seventeenth century.
[7] Hist. of Apostolic
Churches, p. 399.
[8] Planting and
training the Apostolic Churches, p. 219.
[9] Contra Haeres,
v. 20.
[10] Works, p. 90.
[11] Ecc. Hist. Lib.
3, cap. 18.
[12] Works, vol.
vi. p. 446.
[13] Works, vol.
iv. chap. 120.
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