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“No Quiero dejarte”:
Esclavos por Amor
-por
Jorge L. Trujillo
Deuteronomio
15
12
»Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti y te
sirve durante seis años, en el séptimo año lo dejarás libre. 13
Y cuando lo liberes, no lo despidas con las manos vacías. 14
Abastécelo bien con regalos de tus rebaños, de tus
cultivos y de tu lagar. Dale según el Señor tu Dios te haya
bendecido. 15 Recuerda que fuiste esclavo en
Egipto, y que el Señor tu Dios te dio libertad. Por eso te doy
ahora esta orden. 16 »Pero si tu esclavo, porque
te ama a ti y a tu familia y le va bien contigo, te dice: No
quiero dejarte, 17 entonces tomarás un punzón
y, apoyándole la oreja contra una puerta, le perforarás el
lóbulo.
Así se convertirá en tu esclavo de por vida. Lo mismo harás con
la esclava
I. Sirviendo por necesidad (vs. 12a)
“Si
tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti y te sirve
durante seis años”
a.
Deudas
a pagar: Había
situaciones en la vida de algunos Hebreos cuando no pudiendo pagar
sus deudas, no tenían otro remedio que venderse ellos mismos como
esclavos para trabajar con su deudor y así pagar sus deudas.
El esclavo era recibido en la casa del que se convertía su
dueño y allí permanecía por seis años.
b.
Pagando
las deudas: Pero este arreglo, era hecho “por necesidad”.
Era la única manera que podían recibir ‘alivio’ de
sus deudas y sus ‘cargas’ sabiendo que al cabo del tiempo habrían
de salir libres. Ellos
hacían lo que tuvieran que hacer.
Trabajaban en el campo, con los animales y en los
quehaceres del hogar. NO
había nada que ellos no hicieran y lo hacían sin quejarse porque
reconocían que en cierta manera no tenían otra opción.
Quizás
esa había sido la última opción que ellos escogieron y lucharon
por todos los medios para no tener que hacerlo, sin embargo no
pudiendo encontrar otra salida a su situación tuvieron que
terminar convirtiéndose en “esclavos por necesidad” o
“esclavos por obligación”.
c.
Recibiendo
Cuidado: Durante este tiempo, el esclavo trabajaba y
“servia” sin paga alguna a su amo de quién dependía para
todo. Su amo le cuidaba, le daba ropa, zapatos y techo para
protegerse del frío, del mal tiempo y del calor.
Además de todo lo que el amo proveía para sus “esclavos”,
estos eran dados ‘seguridad’ y ‘cuidado’.
Había amos amables que se preocupaban por el bienestar de
sus esclavos y querían estar seguros que ellos estuvieran bien y
quizás algunos le permitían sentarse a la mesa con su familia,
comer junto con ellos y disfrutar de las palabras y consejos
sabios de la boca de su amo.
II. Recibiendo libertad (verso 12b – 16)
...
en el séptimo año lo dejarás libre. 13 Y
cuando lo liberes, no lo despidas con las manos vacías. 14
Abastécelo bien con regalos de tus rebaños, de tus
cultivos y de tu lagar. Dale según el Señor tu Dios te haya
bendecido. 15 Recuerda que fuiste esclavo en
Egipto, y que el Señor tu Dios te dio libertad. Por eso te doy
ahora esta orden.
- Libertando al
Esclavo: Al
cabo de seis años de trabajar con su amo, estos tenían el
deber de acuerdo a la ley de otorgarle la libertad a sus
esclavos. El amo no podía mantener el esclavo mas tiempo en
su casa del que había sido estipulado por la ley.
El hacerlo constituía una ofensa contra Dios mismo.
Por eso se le recuerda que ellos también fueron
esclavos en Egipto y que Dios les había dado libertad.
- Abasteciendo al
esclavo: Pero
interesantemente, el esclavo que se iba después de haber
servido durante todos esos seis años a su amo para re-pagar
sus deudas, debía ser abastecido y no dejado ir con las manos
vacías de su casa. Se
le debía dar regalos de los rebaños, los cultivos y el lagar
(uvas, vino).
- Dádiva
abundante: El
amo debía abastecer ‘abundantemente’ a estos esclavos que
eran puesto en libertad. Ellos debían darle “conforme el Señor Dios les haya bendecido”. Esto significa que no podían ser mezquinos.
Debían dar con toda liberalidad.
De esa manera el esclavo recibía bendición y no seguía
siendo necesitado en la tierra.
Dios había establecido que los pobres y necesitados
debían ser bendecidos por aquellos que tenían más (
Deuteronomio. 15:4-7):
4
Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu
Dios te colmará de bendiciones en la tierra que él mismo te da
para que la poseas como herencia
7
»Cuando en alguna de las ciudades de la tierra que el Señor
tu Dios te da veas a un hermano hebreo pobre, no endurezcas tu *corazón
ni le cierres tu mano.
Después
que el esclavo había cumplido con su obra por sus seis anos, este
salía libremente sin deuda y lleno de regalos por todo el
servicio que había hecho en la casa de su Amo sin cobrar nada por
todo ese tiempo. Su
contrato estaba cumplido y podría salir y vivir libremente como
quisiera.
III. Sirviendo por Amor (versos 16-17)
16
»Pero si tu esclavo, porque te ama a ti y a tu familia y le
va bien contigo, te dice: No quiero dejarte, 17
entonces tomarás un punzón y, apoyándole la oreja contra
una puerta, le perforarás el lóbulo. Así se convertirá en tu
esclavo de por vida. Lo mismo harás con la esclava
- Un esclavo que
ama:
Pero había ocasiones en que algunos esclavos amaban tanto a
su amos y las familias de estos que no deseaban irse de la
casa donde estaban. Estos esclavos reconocían todo lo que sus amos habían
hecho por ellos. Se
recordaban de la ropa, los zapatos, la comida, todo el cuidado,
todo el bien hecho
hacia ellos y toda la protección que recibieron en la casa de
su amo y optaban entonces por no irse de su casa, sino que
decidían quedarse y vivir toda su vida sirviendo a este amo.
Estos eran esclavos agradecidos y aunque muchos quizás vivían
soñando con el día que serían libres, estos otros esclavos
vivían entristecidos
con el pensamiento de tener que irse y dejar a su Señor.
Para ellos sería no “un sueno” sino “una
pesadilla” tener que alejarse de su amo, especialmente si
estos amos eran amos que se preocuparon por ellos que le
dieron todo lo necesario y nunca le hicieron mal sino bien.
- Un Esclavo por
Amor: Cuando
un esclavo después de haber sido hecho libre, no deseaba
alejarse de su amo porque reconocía todo el bien que le había
hecho, este decía a su amo “No
quiero dejarte”. Esto
representa el deseo de un corazón agradecido y
“transformado” por el bien hecho por su amo.
La expresión no quiero dejarte nos habla de un
compromiso hecho con un pensamiento profundo.
Esto significa que para ellos ya no habría más
libertad. Ellos
se entregarían toda su vida a servir a su amo, buscando el
bienestar al servicio de este y no el bienestar propio.
La visión pasaba de ser una de carácter personal
buscando su propio bien a ser una visión que buscaba
“servir” a los demás.
Nos debe llamar la atención que dice “ porque
te ama a ti y a tu familia”.
El amor no era solo para el amo sino también para la
familia.
Esto no significa que quizás los otros esclavos
que se iban y tomaban su libertad no ‘apreciaban’ los
servicios y el bien recibido en la casa de su amo. Solamente significa que este ‘esclavo’ amaba a su amo
mucho más, profundamente.
Era un amor tal que se olvidaba de sí, de su futuro,
de sus planes y de sus metas para llevar a cabo las metas, los
planes y la gloria y bienestar de su Señor.
ES MAS, ahora las metas, planes, y el futuro de su amo,
se convertían en los suyos.
El dejaba de ser el para ser uno con su amo.
- Hecho propiedad de su
Amo:
Cuando el esclavo dejaba saber a su amo su sentir de
“no dejarle” porque amaba a su señor y a su casa,
entonces el amo tenía derecho a “marcarlo como suyo de por
vida”. El tomaría
un punzón y le pasaría la oreja de un lado al otro en contra
de la puerta de su casa.
De esta manera, el esclavo pasaba de ser un servidor
“temporal” a un servidor “atemporal”, pasaba de ser un
servidor por obligación a un servidor por entrega, pasaba de
ser un “esclavo por necesidad” a ser un “esclavo a
voluntad”. Ya
no servía para pagar sino que servía para amar.
IV. Aplicación y Conclusión
Con
en esta exposición intento resaltar un paralelo muy importante.
Existe un amo y señor a quien muchas personas vienen
“por necesidad”, o “por obligación”.
Este amo o señor es Jesucristo.
Las razones por las que se acercan a la casa del amo que es
la iglesia pueden ser varias.
Ciertamente muchas veces algunas personas vienen a Cristo
porque encuentran que después de haber dado miles de vueltas sin
hallar solución a sus problemas, y saben que solamente Dios puede
hacer algo por sus vidas.
De igual manera, también existen aquellos que crecen como
jóvenes y se crían en la iglesia conociendo y recibiendo desde
la niñez los bienes de Dios quién les cuida y les guía durante
su vida y su crecimiento. Dios
les acompaña desde pequeños en su desarrollo por la vida y en
todo les ayuda en las necesidades, provee para ellos sin pedir
nada a cambio y se preocupa de que tengan todo lo necesario, sin
embargo muchas de estas personas adultas y jóvenes, al momento
que sienten libertad, se ponen en marcha y dan la espalda a todo
lo que se ha hecho por ellos.
Van “libremente” buscando su propio destino, alejados
de la casa donde se les ofreció bienestar, abrigo y sustento
tanto físico como espiritual y lejos del amo y señor que les
cuidó y sustento.
Muchos
de estos, aunque vivieron poco o mucho tiempo en la casa del
Señor,
nunca desarrollaron amor por el Señor.
Su quehacer estaba allí, su presencia fue visible pero su
corazón estaba lejos de este lugar.
Se sentaron a la mesa, recibieron la palabra de vida y los
sabios consejos del Señor. Pero nunca se detuvieron a meditar la
bendición de Dios para ellos.
Nunca se sentaron a dar valor a todo lo que recibían de
parte de Dios. Simplemente
funcionaron dentro de la casa del Señor, pero la casa del Señor
nunca fue su función. Cuando
llegó el momento, “se fueron”.
La Biblia nos dice “no améis el mundo ni las cosas del
mundo” (1 Juan 2:15). Pero
para muchas personas el “amor por el mundo” es mayor que el
amor a Cristo. Nunca
llegan a sentir tanto amor por Cristo y su familia (la iglesia)
como para quedarse y permitir ser ‘marcados’ como propiedad
eterna de Dios. Ellos
tienen en mente sus propias metas y sus propios propósitos y
estos no tienen nada que ver con los de su amo.
Toman lo que pueden y ser marchan con las manos llenas a
convertirse amos y señores de sus propias vidas.
Es cierto que muchos vuelven pero otros nunca lo hacen.
Se deleitan en los placeres de la vida y buscan ser “como
el mundo”. No
desean vivir sometidos al cuidado de Dios.
Un llamado a la Reflexión
Este
es un llamado tanto a los jóvenes como a los adultos.
Si usted todavía está amando al mundo, si todavía sueña
con el día en que usted sea libre del cuidado de sus padres para
irse lejos de la iglesia, y lejos de Cristo, eso significa que
“el amor del padre (Dios) no está en usted”.
Usted quiere tomar su rumbo y eso demuestra en donde está
su corazón. No ha
nacido en usted amor y agradecimiento ni por Cristo como señor ni
por la iglesia como la familia
del señor. Pero no
tiene que ser así. Deje
que Dios obre en su vida, deje que su corazón sea quebrantado y
atado al corazón de Cristo, y al sentir de la iglesia, entonces
usted será marcado para siempre por Dios como posesión
‘eterna’ de Él. Dios pondrá Su marca sobre usted y nunca más
saldrá de su presencia. Usted se convertirá en un “esclavo por
amor”. La Biblia
dice que Dios sella a los que son suyos (2 Corintios 1:22; Efesios
1:13, 4:30).
En
cierta ocasión Cristo estaba hablando a un grupo de discípulos y
seguidores y sus palabras eran tan fuertes que muchos comenzaron a
irse y no seguían más al Señor.
Los discípulos preocupados por los que se iban se lo
dijeron al maestro quien les dio una contestación que ellos no
esperaban. Tal como
el buen amo de nuestra historia, Cristo les dio libertad a sus
discípulos y les dijo “¿os queréis ir vosotros también?”
pero ellos respondieron con otra pregunta aun más poderosa ¿a dónde
iremos si solo tu tienes palabras de vida eterna?. Los discípulos entendieron que no había un sitio
mejor a donde ir. Ellos
comprendieron que estaban en el mejor sitio posible y que NADA se
comparaba con eso. El
amor por su amo fue evidente y permanecieron con el.
Hoy usted tiene ante si la misma pregunta “¿te vas o te
queda? Espero que su respuesta a Cristo sea igual a la de aquel
esclavo que dijo a su amo “no quiero dejarte” o
como la de los discípulos que le dijeron al Señor “¿a
donde iremos?”
La
Biblia es clara que Dios es soberano en todo, aun escogiendo su
pueblo desde antes de la fundación del mundo.
Pero también es muy clara en que nuestro deber es ser fiel
a Dios demostrar su amor a El por medio de nuestra vida.
Hay muchos en las congregaciones de la iglesia de Cristo
que todavía no han sido marcados como “esclavos por amor”.
En esto vemos que “no todos los que están son”, oramos
a Dios para que este mensaje le motive a usted a expresar su
gratitud a Dios, a venir a el mediante la fe en Cristo Jesús quién
es nuestro salvador y en cuyos brazos estará seguro.
¡AMEN!
Reconocimiento:
La idea de este mensaje fue tomada del Pastor Angel Bracero, un
jóven ministro en la ciudad de Port St. Lucie, Florida USA quien
predicó sobre el tema en un campamento de jóvenes en Vero Beach,
Florida hace unos
cuantos años atrás y el tema tocó profundamente mi vida.
Copyright/Derechos
©1999-2005 Jorge L. Trujillo
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Escrito
y Predicado: 04/01/2005
(Reunión de Jóvenes)
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