Algunas sectas ampliamente DENUNCIADAS en los cÃrculos Cristianos, tienen como doctrina la errónea enseñanza de silencio, quietud y absoluta inconsciencia cuando el alma es separada del cuerpo por causa de la muerte.
Sus versÃculos preferidos generalmente provienen del Antiguo Testamento:
Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, quién te alabará? (Sal.6:5)
Manifestarás tus maravillas a los muertos? Se levantarán los muertos para alabarte? (Sal. 88:10)
A la luz del Nuevo Testamento, la muerte espiritual aparece como la marca de los que se hallan vivos pero sin Cristo, sea en la tierra o en el infierno, leemos:
1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados (Ef.2:1)
24Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mÃ, y envÃa a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. (Lc.16:24)
EN EL INFIERNO NO HAY ALABANZA
Un alma en tormentos no alaba. La intensidad de la angustia y el dolor se lo impide. En este lugar, cada una de las facultades para percibir el mundo exterior es transformada por el mismo infierno para producir dolor y remordimiento, por los siglos de los siglos.
Es importante que el Cristiano aprenda a discernir la diferencia entre el alma y el cuerpo de acuerdo a las Escrituras, leemos:
14sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado (2P.1:14)
El apóstol Pedro estaba consciente de la inminente partida hacia la presencia del Señor. No porque hubiese tenido un sueño o se imaginara, nada de eso, la expresión: -ME HA DECLARADO- nos habla de la misma boca del Señor como una plena prueba de la comunicación entre el cielo y la tierra.
Su cuerpo se halla todavÃa aquà en la tierra esperando la resurrección, quizás vuelto polvo, pero Pedro se halla en el cielo disfrutando de la presencia del Señor. Hay mucha gente en los cielos alabando y sierviendo al Señor que los compró con su propia sangre en el altar de la cruz y que un dÃa partieron de la tierra para estar en Su presencia. Todos ellos esperan la primera resurrección donde serán reunidos con sus cuerpos glorificados para reinar con Cristo, leemos:
PRIMERA RESURRECCIÓN
4Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habÃan adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años (Ap.20:4)
En contraste, hay mucha gente en el infierno atormentada aunque sus cuerpos se hallen aquà en la tierra esperando lo que la Biblia llama la muerte segunda, leemos:
SEGUNDA RESURRECCIÓN
5Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años (Ap.20:5;Lc.16:24)
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años (Ap.20:6)
Esta muerte segunda tiene relación con un cambio de nombre y de lugar para los perdidos, leemos:
LAGO DE FUEGO Y AZUFRE
8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. (Ap.21:8)
Podemos concluir, entonces, que el alma es uno mismo pero sin el cuerpo fÃsico, como está escrito:
1Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernácul*, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3pues asà seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4Porque asimismo los que estamos en este tabernácul* gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del EspÃritu.
6Asà que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7(porque por fe andamos, no por vista); 8pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. (2Cor.5:1-8)
Y cuando hablamos del alma como de uno mismo pero sin el cuerpo, nos referimos al ser espiritual e inmortal del hombre, capaz de entender, querer y sentir. Alma que fue depositada en una vasija de barro llamada cuerpo, como está escrito:
7Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Gén.2:7)
Solo asà podemos comprender que cuando la Biblia habla de la muerte como un sueño, se está refiriendo exclusivamente al cuerpo fÃsico y no al alma.
La negación de la inmortalidad del alma y la existencia del infierno eterno para los perdidos, son recursos que usa Satanás para extraviar los sentidos de la sincera fidelidad a las enseñanzas de Cristo. Si el Señor ha enseñado que el rico se hallaba en tormentos, no lo dudo y sé que todavÃa lo está y seguirá allà por la eternidad. De la misma manera, Lázaro se halla disfrutando de la presencia del Señor al igual que aquel ladrón arrepentido a quien el mismo Señor le dijo: Hoy estarás conmigo en el ParaÃso.
HERVOR DE FUEGO
26Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de HERVOR DE FUEGO que ha de devorar a los adversarios. (Heb.10:26)
IRA Y ENOJO
5Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el dÃa de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8pero IRA Y ENOJO a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; (Ro.2:5)
Edison Loaiza
Sergio Balcazar
Fecha: Dom Ene 23, 2005 6:24 pm
Asunto: Una pregunta sobre Salmos 6:5
Enero 23, 2005
Referente a la pregunta sobre Salmo 6.5, lo siguiente confirma que los muertos NO van al cielo o al infierno o al purgatorio (para los Católicos). Sino que permanecen en un estado como de sueño (inconsciente). Lázaro habÃa muerto y Jesús dijo “Nuestro amigo Lázaro duerme (esta muerto); mas voy para despertarle (resucitarle)â€
EL SUEÑO DEL ALMA TRAS LA MUERTE
Moderators: VidaEterna!, Asistente