Los ojos en Dios, el cuerpo en la tribulacion

[Sterling Diaz]

El Apostol Pedro inspirado por el Espíritu de Dios, presenta la bella herencia de los santos, como decía Juan bunyan, la deseable herencia, de la mejor manera posible, bendiciendo a Dios, explicando que aquella herencia proviene de su misericordia, regenerandonos, dandonos una esperanza, por media de la resurreccion de Cristo en la cual simbolicamente participamos de su cuerpo, y también en nosotros ocurrira (1 Co15:23), y mostrandonos, el galardon el premio, pero no de nuestra buena obra, sino de la misericordia de Dios, nos presenta ese tesoro dado a nosotros por gracia, y nos declara que nos preservara siendo recipientes de ese tesoro de su salvación, nos declara que aquel tesoro es para nosotros y se manifestara en el fin, y pone así nuestra vista en Dios (elohim), en el Dios de Pacto que cumplira sus promesas, que el mismo nos dio porque el quiso y no porque tuviera que hacerlo, de modo que agradecemos con el espíritu correcto sabia que no nos debe nada, sino nosotros a El y no podemos pagarle, y con nuestra vista puesta en eso, nos dice que tendremos que sufrir un poco, aunque ese poco de sufrimiento no ha de compararse a la gloria que en nosotros ha de manifestarse, en nosotros a los que Dios no amó y llamo, predestinó, justifico y glorifico.