Celebremos la Soberania de Dios

Temas e interrogantes relacionados a las doctrinas de la Biblia.

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tatsumaky
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Celebremos la Soberania de Dios

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Celebremos La Supremacía De Dios Sobre Satanás Y Su Actividad En El Sufrimiento

Por John Piper

1- Celebremos que Dios es Soberano sobre el gobierno mundial delegado a Satanás.

A Satanás de le llama en la Biblia “el príncipe de este mundo” (Jn. 12:31; 14:30; 16:11), “el dios de este siglo” (2 Cor. 4:4) y “príncipe de la potestad del aire” (Ef. 2:2) y “gobernadores de las tinieblas de este siglo” (Ef. 6:12). El Diablo ejerce dominio sobre lo que la Biblia llama “el presente siglo malo”. Pero el gobierno que ejerce como príncipe de este mundo está dentro de los límites designados por Dios:

• Dan. 2:20-21: “Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos”.
• Dan. 4:17: “La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres”.
• Prov. 21:11: “Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina”.

Surgirán naciones perversas gobernadas por Satanás y se opondrán a Dios, pero Dios se burlará de ellos (Sal. 2:2-4) y hará nulo el consejo de ellos (Sal. 33:10-11).

2- Celebremos que Dios es Soberano sobre los ángeles de Satanás.

A los ángeles del diablo se les llama “demonios” (Mat. 8:31; Stgo. 2:19), “espíritus malos” (Lc. 7:21), “espíritus inmundos” (Mat. 10:1). Los nombres que la Biblia les atribuye habla de su naturaleza: son malos y batallan contra nuestras almas, pues nuestra lucha no es contra sangre o carne, sino contra huestes espirituales de maldad.

Pero la Biblia deja claro, como dice Stgo. 2:19, que ellos tiemblan ante la presencia de Dios:

• Mat. 8:28-32: “Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas”.
• Mr. 1:27: “Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?”.

3- Celebremos que Dios es Soberano sobre la mano de Satanás en la persecución.

Pedro describe el sufrimiento de los cristianos como proveniente de la mano de Satanás: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (1 Ped. 5:8-9). Pero la Biblia enseña que aun esto Satanás lo hace en la voluntad permisiva de Dios:

• 1 Ped. 3:17: “Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?”.

En la noche que Jesús fue arrestado, los poderes Satánicos arremetieron con todas sus fuerzas: “entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce” (Lc. 22:3); “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo” (v. 31); “Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas” (v.v.52-53).

Sin embargo, Jesús deja bien claro que nadie le quitaba su vida, sino que El mismo la entregaba y la volvería a tomar: “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” (Jn. 10:18).

4- Celebremos que Dios es Soberano sobre el poder que tiene Satanás de quitar la vida.

La Biblia designa a Satanás como un homicida desde el principio (Jn. 8:44). En Apocalipsis 2:10 vemos a Juan afirmando que los creyentes en ese momento serian maltratados por el diablo a través de la persecución, aun hasta la muerte: “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”.

Sin embargo, la Biblia también nos enseña que Cristo, El Rey de Reyes y Señor de Señores, es quien tiene la llave de la muerte: “y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. Dios es El Señor de la vida y la muerte (Stgo. 4:13-16).

5- Celebremos que Dios es Soberano sobre la mano de Satanás en los desastres naturales.

Cuando leemos la historia de Job podemos notar que la mano de Satanás estaba detrás de los desastres naturales que afectaron al patriarca: “Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová” (Job 1:12); “Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia” (v.16); “Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia” (v.v. 18-19).

Sin embargo, podemos ver que Satanás no es soberano en ninguna de estas cosas, pues para ello requería la voluntad permisiva de Dios. Es por ello que Job concluye: “Jehová dio, Jehová quito” (Job 1:20-21). Así que, Dios y no Satanás es quien en ultima instancia gobierna sobre los fenómenos de la naturaleza (Mr. 4:39).

6- Celebremos que Dios es Soberano sobre el poder de Satanás de causar enfermedades.

Hechos 10:38 dice que Jesús anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo. Satanás había oprimido a muchas personas con enfermedades: “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lc. 13:16).

Pero la Biblia enseña que Satanás tampoco es soberano sobre la enfermedad. Cuando la mujer de Job vio la enfermedad de Job le dijo que maldijera a Dios y que se muriera, y Job le contestó: “¿Recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos?” (Job 2:10). Dios es Soberano sobre la enfermedad.

• Ex. 4:11: “Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?”.
• 2 Cor. 12:7-9: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.

7- Celebremos que Dios es Soberano sobre el uso que hace Satanás de los animales y plantas.

La imagen de Satanás como un león, como un gran dragón y como una serpiente antigua, no solo nos hace concientes de su obra destructora, sino también de cómo puede emplear animales para hacer daño, desde un león en el coliseo, hasta una mosca que causa ceguera. Sin embargo, el no puede lograr que hagan algo que Dios les prohíba.

Desde el gran Leviatán que Dios hizo para que jugase en el mar (Sal. 104:26), hasta los diminutos piojos con que cubrió el país de Egipto (Éxodo 8:16-17), Dios dirige el mundo de los animales: Los leones de Daniel, el pez de Jonás, los cuervos que llevaban comida a Elías, etc.

8- Celebremos que Dios es Soberano sobre las tentaciones a pecar de Satanás.

La Biblia llama a Satanás “el tentador” (Mat. 4:3; 1 Tes. 3:5). Fue Satanás quien tentó a Adán y a Eva para desobedecer el mandato de Dios. Más aun, fue Satanás quien tentó a nuestro Señor Jesucristo en el desierto. El es quien seduce a la raza humana a pecar contra Dios, usando como arma las concupiscencias que hay en nosotros y las cosas del mundo: deseos de los ojos, deseos de la carne y vanagloria de la vida.

Sin embargo, las tentaciones más famosas de la Biblia no presentan a Satanás como soberano sobre la tentación. Lucas 22:3-4 nos dice que Satanás entro al corazón de Judas, sin embargo, se nos dice que Jesús fue entregado por el predeterminado consejo y conocimiento de Dios (Hch. 2:23). Lo mismo vemos en la tentación a Pedro de negar a Jesús. Se nos dice que Satanás tuvo que pedir permiso para ello (Lc. 22:31-32).

9- Celebremos que Dios es Soberano sobre el poder de Satanás de cegar la mente.

2 Cor. 4:4 nos dice que Satanás en quien ciega el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Dios en al faz de Cristo. Pero el vero 6 nos dice que Dios, quien con una sola palabra hizo la luz, solo tiene que decir la palabra y la luz del evangelio resplandece en el corazón del ser mas vil y oscuro que pueda existir, ante lo cual, Satanás no puede hacer mas nada que luchar con las cadenas que tiene puestas y que le limitan y someten a la soberanía de Dios.

10- Celebremos que Dios es Soberano sobre la servidumbre espiritual que Satanás ejerce sobre nosotros.

Satanás esclaviza a las personas de dos maneras: con el dolor y el sufrimiento y con el placer y la prosperidad. Para escapar de este lazo el ser humano debe arrepentirse. Pero cuando Dios decide sacar al hombre de esta esclavitud, lo hace (2 Tim. 2:24-26). Cuando Dios da el arrepentimiento, el lazo del diablo es roto.
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