Muchos tienen la idea equivocada que para agradar a Dios es necesario hacer obras impresionantes, prestigiosas y notables.
Sin embargo, se agrada a Dios cuando se es consciente de la MISION que el nos ha asignado en el mundo y lo ejecutamos con diligencia y responsabilidad en el hogar, en el vecindario, trabajo o estudio y en el ministerio.
Es posible que esas responsabilidades sean para ti insignificantes o pequeñas pero para Dios no lo son, pues te han sido delegadas por el.
Asi que... MANOS A LA OBRA.
Jose Alfredo Lievano.
alfredolievano1807@yahoo.es
San Salvador, El Salvador, C.A.
Martes 15 de junio 2004
Manos a la OBRA
Moderators: VidaEterna!, Asistente