El dia del conflicto

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tatsumaky
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El dia del conflicto

Post by tatsumaky »

Aqui les presento el ultimo mensaje que predique y quisiera compartirlo con ustedes.

EL DÍA DEL CONFLICTO

Efesios 6:10-20

“Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, CEÑIDA VUESTRA CINTURA CON LA VERDAD, REVESTIDOS CON LA CORAZA DE LA JUSTICIA, y calzados LOS PIES CON EL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA PAZ; en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno. Tomad también el YELMO DE LA SALVACION, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamar lo hable con denuedo, como debo hablar”.

INTRODUCCION

Una de las cosas más impresionantes de la carta de Pablo a los Efesios es la frecuencia con que se usa la frase “en Cristo”, “En El”, “En el Amado”, “en quien” (23 veces). La razón de su frecuencia es el propósito de la epístola: enfatizar la unión de todas las cosas en Cristo, quien quita las barreras que nos separan de Dios y de los unos a los otros. Allí se nos narra como estábamos muertos en delitos y pecados, separados de Dios por un lado y por el otro, alejados de la ciudadanía de Israel y por lo tanto, ajenos a los pactos de la promesa.

Sin embargo se nos muestra como Dios, por su infinita gracia (gracia astronómica), con el mismo poder que resucitó a su Hijo de entre los muertos, nos dio vida juntamente con El, reconciliándonos consigo mismo en Cristo por un lado y por el otro, derribando la pared intermedia de separación entre las razas, para formar así una sola sociedad denominada “la iglesia”; un organismo vivo que seria reconocido por ser el cuerpo y la plenitud de aquel que todo lo llena en todo; un pueblo celoso de buenas obras, integrado por personas de toda lengua, tribu y nación, unidas todas ellas por un mismo Señor, una misma fe, un mismo Espíritu y un mismo bautismo, unidad que resalta en medio de una gran diversidad de dones repartidos soberanamente por el Espíritu de Cristo, usados para la gloria de Dios y la edificación de los santos.

La pregunta obligada es, si la iglesia de Cristo es algo tan especial, ¿Por qué tantos problemas en ella? ¿Por qué tantos problemas que atacan desde afuera, como las persecuciones, las burlas y el ataque del sensualismo? ¿Por qué tantos problemas que atacan desde dentro como los falsos maestros, las herejías y la cizaña? Es precisamente de esto que trata esta sección (6:10-20). El por que de estas preguntas es uno solo: tenemos oposición. En medio de este glorioso panorama de hogares pacíficos y días saludables, el creyente ha de librar una batalla espiritual e invisible contra enemigos poderosos que se oponen a la gloria de Dios y a l edificación de la iglesia.

El mensaje será estructurado así:

I- La Realidad Fundamental Del Pasaje.
II- Nuestra Respuesta Ante Esta Realidad.

I- ¿Cuál es la realidad fundamental del pasaje (fundamento)? “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Hay una realidad fundamental en este pasaje: El creyente está en un conflicto o en una guerra.

La frase “nuestra lucha” (v. 12) da por sentado que el creyente está en un conflicto continuo. No se habla de “cuando luchamos”, sino de “nuestra lucha”, palabra que significa literalmente “un combate mano a mano, que termina solo cuando uno de los dos combatientes está en el suelo derribado”. Ese es el estado real del verdadero creyente en este presente siglo.

¿Por qué es esto importante? Hace unos años fui a la playa. Había notado que habían unas olas que triplicaban mi tamaño y que había una bandera roja ondeando en el viento, pero no tome el tiempo de pensar y recordar que eso significaba que nadie podía nadar en la playa, por lo que, de una manera descuidada, entré diciendo “así es que me gusta”. Fueron los 2 o 3 minutos más largos de mi vida. Es importante que el creyente recuerde que está en guerra y que lo estará hasta que muera o hasta que Cristo venga, pues mientras sepa que está en estado de alerta, no andará descuidadamente, sino que estará preparado, velando y orando, cuidando su corazón sobre todas las cosas, ya que el ataque puede venir desde cualquier flanco.

La pregunta obligatoria en este respecto es la siguiente: ¿Contra quien es el combate? La frase “huestes espirituales de maldad” (v. 12) es una clara referencia al Diablo y a sus ángeles caídos (demonios). Hay un enemigo llamado “Satanás”. Su nombre significa “adversario”, pues principal propósito es tratar de deshacer todo lo que Dios ha hecho y por lo tanto, sabiendo que tiene poco tiempo, ha dirigido su mira contra todos aquellos que han sido creados por Dios en Cristo Jesús para andar en buenas obras.

El pasaje nos da varias características de este enemigo y de sus secuaces:

1- Es un ser espiritual. “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino… contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (v. 12). Satanás y los demonios no son seres físicos, son ángeles caídos y por lo tanto, seres espirituales e invisibles que actúan en la esfera de la realidad invisible.

La lucha de la iglesia es contra estos seres espirituales, lo que indica que el conflicto real de la iglesia es un conflicto espiritual. A pesar de que en esta batalla la iglesia tiene un frente visible en el contexto de nuestros contactos y conflictos diarios en el mundo en el cual vivimos, sin embargo, detrás de todo ello existe un frente invisible descrito en el pasaje (6:10-20) encabezado por un adversario cruel y malo llamado Satanás.

Desde el mismo principio, en Génesis 3:15, Dios anunció que habría un conflicto entre los descendientes espirituales de la mujer (creyentes) y los descendientes espirituales de Satanás. Aun cuando la victoria sobre los descendientes de la mujer es segura por medio de aquel que le aplastaría la cabeza a la serpiente, habría un conflicto en el cual los creyentes saldrían heridos, así como Cristo fue herido en el calcañal. El punto es que detrás de esa oposición que presentaría la simiente de la serpiente contra los descendientes de la mujer estaría la serpiente.

Ese es también el punto de Juan en el libro de Apocalipsis. En este libro tenemos dos grandes secciones generales: la primera, que va desde el capitulo 1 hasta el 12, la cual nos describe el enfrentamiento entre la iglesia y el mundo (frente visible del conflicto). Luego, en la segunda sección, la cual va desde el capitulo 12 al 22, tenemos un escalón mas profundo y vemos que detrás de aquel conflicto entre la iglesia y el mundo realmente tenemos un combate entre la iglesia y Satanás, quien hace subir poderes políticos y religiosos que han de hacer guerra contra la iglesia.

En el capitulo 13 tenemos a dos bestias, una que sale de la tierra y otra que sale del mar. Una representa a todos los poderes políticos y seculares que a lo largo de esta dispensación han tratado de frustrar los planes de Dios y de destruir la iglesia. La otra representa a la falsa religión, aquella que aunque tiene apariencia de cordero, cuando abre su boca, habla como dragón, en otras palabras, la falsa religión que se opone a la verdad. No solo esto, este capitulo nos habla también de personas impías que reciben la marca de la bestia, convirtiéndose así en instrumentos de estos dos poderes para atacar. Mas aun, en el capitulo 14 tenemos a “la gran ciudad” o “la gran babilonia”, llamada también “la gran ramera”, la cual representa al poder del mundo que nos seduce a apartarnos de Dios. El punto en todo esto es mostrar que estos cuatro enemigos no son más que instrumentos en las manos de Satanás.

Satanás es entonces un ser espiritual y como tal, utiliza armas espirituales. El pasaje nos habla de sus armas al mencionar sus “dardos de fuego” (v. 16). Ante las amenazas internas y externas que Satanás respira contra la iglesia, hay dos instrumentos principales que este utiliza contra cada miembro del cuerpo de Cristo, uno para atacar desde dentro y otro para atacar desde afuera:

a) Nuestro propio malvado corazón. Santiago nos dice que cada uno de nosotros es tentado cuando de nuestra propia concupiscencia somos atraídos y seducidos. Satanás nos tienta utilizando la corrupción que tenemos en nosotros, la cual heredamos de Adán. Eso fue lo que sucedió con Judas. Cuando la Biblia nos dice que Satanás entró en el corazón de Judas, no significa en ninguna manera que “el pobre Judas” era inocente y que Satanás lo forzó a hacer lo que hizo. Satanás lo único que hizo fue incitar la corrupción que ya había en el (pues era ladrón dice la Biblia) para tentarlo a entregar a Jesús por dinero. Lo mismo hace con todo creyente. Usted dirá: Pero se supone que el viejo yo del creyente ya ha sido crucificado. Eso es cierto, el viejo yo ya fue crucificado, ahora vive un nuevo yo que se goza de la justicia, pero todavía quedan restos o vestigios de la vieja naturaleza, y estos restos son tan fuertes, que dejan sentir en nosotros su poder hasta el punto de decir: “miserable de mi, ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Satanás sabe entonces, aunque no por omnisciencia, sino por observación (mas de 5,000 años engañando), cuales son tus puntos débiles y por ahí mismo te ataca. Es por esto que la Biblia tiene tanto que decirnos acerca de la autonegación, debido a como Satanás utiliza las inclinaciones corruptas de los restos del viejo hombre en nosotros para tentarnos.
b) El mundo. Con esto no me refiero a la creación, sino a esa cosmovisión que saca a Dios de sus pensamientos y de la que Satanás es su príncipe; se trata de ese sistema de vida que vive como si no hubiese Dios, aquel sistema e vida que vive viciado por los deseos de los ojos, los deseos de la carne y la vanagloria de la vida (1 Jn. 2:15-16), cosas que Satanás utiliza para aprisionar a aquellos que son esclavos del presente siglo malo y para incitar la corrupción del pecado remanente que permanece en nosotros.

2- Es un ser astuto. El pasaje nos habla de “las artimañas del diablo” (v. 11). La palabra “artimaña” significa literalmente “ingenio engañador”, pues su estrategia principal es el engaño. Es precisamente esta una de las características que lo hace más peligroso. Aunque algunas veces ruge como león, más a menudo es sutil como una serpiente. Es importante recordar esto, ya que como dice Pablo en 1 Corintios, si ignoramos su astucia, el puede tomar ventaja de nosotros.

3- Es un ser con autoridad. Hay dos frases que hacen referencia a esta realidad: “principados” y “gobernadores de las tinieblas de este siglo”. La Biblia describe a Satanás como “el príncipe de este mundo” y “el dios de este siglo”, ya que este opera en los hijos de desobediencia”, aquellos que están cautivos a voluntad de el. De modo que, su autoridad se limita a esa esfera.

4- Es un ser poderoso. La palabra “potestades” hace referencia a esta realidad. Es precisamente por su poder que la Biblia le compara a un “dragón”. Esa combinación de armas poderosas usadas de una manera astuta hace de el un poderoso adversario.

5- Es un ser malo. ¿Qué es lo malo? Lo opuesto de lo bueno. ¿Qué es lo bueno en su sentido pleno? Todo lo que Dios es. Dios define lo que es bueno. Satanás y sus demonios son seres malos, en otras palabras, son enemigos de todo lo que se llama Dios y utilizan sus armas y su astucia para tentarnos a hacer aquello que va en contra de la naturaleza Santa de Dios, naturaleza de la que hemos sido hechos participantes por medio de nuestra unión con Cristo. Es por ello que en 2 Cor. 10 Pablo nos dice que las armas que tenemos son poderosas EN DIOS para derribar cualquier argumento que se levante contra Dios. No en balde Jesús pidió al Padre en Juan 17, no que nos sacase del mundo, sino que nos guardase del mal. Y Fue por ello que Cristo nos enseñó a orar así: “no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”.

Pero no solo esto, Satanás no solo es malo porque nos incita a pecar contra Dios, sino también porque es un enemigo cruel y despiadado, tanto así que la Biblia lo compara con un “león rugiente que anda buscando a quien devorar”.

¿Por qué es todo esto importante? Es importante porque necesitamos saber contra quien y como luchamos. No luchamos contra otros cristianos, sino que junto a otros cristianos luchamos contra seres espirituales que usan armas espirituales. No solo esto, el entender el tipo de lucha que tenemos, nos ayudará a determinar que tipo de armamento necesitamos: Pablo dice en 2 Cor. 10 que dado a que no andamos según la carne, nuestras armas no son carnales, sino espirituales, poderosas para derribar cualquier argumento que se levante contra Dios. Dado que la lucha es espiritual, la armadura para el combate debe ser espiritual. El ignorar quien es nuestro enemigo y como maquina pudiese traer mucha ruina a nuestras vidas.

Cabe aquí hacer una advertencia. Cuando hablamos entonces de lucha o guerra espiritual, no estamos hablando de exorcismo. Hay muchas personas que pierden la visión de la guerra espiritual que la Biblia enfatiza y por lo tanto, interpretan las cosas de una manera errónea. En una ocasión un pastor enfrentaba a un esposo adultero y su conclusión fue que ese hombre tenia un demonio de adulterio. ¡NO!, eso se llama pecado de adulterio. Ciertamente el enemigo estaba usando armas para atacar a este hombre desde dentro y desde fuera. Lo que este hombre necesitaba no era un exorcismo, sino experimentar le poder de Dios en la regeneración. Satanás está tomando ventaja en muchos círculos porque muchos hombres que se llaman ministros no tienen una perspectiva correcta de la lucha espiritual.

Una pregunta que puede levantarse: ¿Hasta cuando estará el creyente en esta lucha? Hay una pista en el verso 12, específicamente en la frase: “gobernadores de las tinieblas de este siglo”. La Biblia es clara al dividirnos la historia en dos partes: el siglo presente y el siglo venidero. Pero la Biblia también es bien clara al decirnos que el presente siglo es malo, pues en este Satanás deja sentir su influencia. Ahora bien, Satanás solo puede ejercer su influencia en este tiempo y en este espacio. Es el presente siglo malo en la tierra, pero no en el cielo. Por tanto, la lucha del creyente contra estas huestes de maldad tendrá lugar hasta que Cristo venga e inaugure el siglo venidero o hasta que el creyente muera y su espíritu hecho perfecto entre a la presencia de Cristo en el cielo.

En conclusión, el creyente, aquel que representa a un miembro del glorioso cuerpo de Cristo, está en guerra contra un enemigo espiritual que es astuto y poderoso. Esa lucha tendrá lugar hasta que Cristo venga y eche a Satanás en el lago de fuego o hasta que el creyente muera y pase a al presencia del Señor en el cielo.

[Como lo diría el puritano William Gurnall: “En el cielo estaremos con túnicas gloriosas, pero mientras tanto, debemos usar aquí nuestra armadura de día y de noche; debemos caminar, trabajar y dormir con ellas”. Así que, La paz que Dios ha hecho a través de la cruz de Cristo para el creyente, será experimentada en medio del conflicto contra el diablo].

II- ¿Cuál es el deber mandado o inferido de lo dicho? “fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza”; “Vestíos de toda la armadura de Dios”.

Lo que ya hemos visto nos lleva a una lógica conclusión: Es imposible resistir los asaltos de un enemigo tan poderoso. Su poder, su astucia y su armamento son imposibles de vencer por el poder humano. Es como una lucha entre la Republica Dominicana y Japón, nosotros con tira piedras y ellos con bazucas. Es imposible. La única esperanza para Republica Dominicana seria aliarse a una nación más poderosa que Japón. De igual manera, la única manera de poder vencer e esta lucha espiritual es por medio de un poder superior al del enemigo. Es aquí donde entra la exhortación.

Hay 3 asuntos en la exhortación:

a) El deber propiamente dicho: “fortaleceos”. La palabra griega utilizada y traducida como “fortaleceos” tiene la misma raíz de la palabra que en otros lugares se traduce como “poder”. La exhortación es vestirnos de un poder que nos haga aptos para permanecer firmes contra el ataque de un enemigo tan poderoso (v. 14). La idea es que el creyente está bajo ataque, un ataque tal que puede hacerle caer, puede derribarlo.

b) La fuente del poder: “en el Señor y en el poder de su fuerza”. A pesar de que se nos manda a fortalecernos, es interesante notar que el verbo en el griego parece estar en voz pasiva “ἐνδυναμοῦσθε”. Es como si dijera: “Sean fortalecidos” o “reciban el poder”. Esto nos muestra que la fuente de tal poder que nos permite estar firmes contra el ataque enemigo no está en el creyente mismo, sino que es externo a El. La sabiduría espiritual implica saber y admitir que no hay poder en nosotros para permanecer firmes frente al ataque mencionado en el pasaje. No en balde dice Lutero en su himno Castillo fuerte es nuestro Dios: “Nuestro valor es nada aquí, con el todo es perdido”.

La frase “en el poder de su fuerza” nos muestra que el poder con el cual debemos ser vestidos es el poder de Dios mismo. La fuente del poder en nuestra lucha espiritual procede de Dios y solamente de Dios. Por eso es que Lutero agrega a la frase del himno ya mencionado: “Mas por nosotros pugnará de Dios el escogido”.

Si, Satanás es fuerte y poderoso, pero NUESTRO DIOS ES MAS PODEROSO. Con su infinito poder hizo todo lo que existe, en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, todo ello con una simple palabra de su boca. Por su infinito poder El sostiene todo el universo con la palma de su mano; por su infinito poder, el recoge toda el agua del planeta en el hueco de su mano; por la supereminente grandeza de su poder, hizo levantar a Cristo de entre los muertos; por su poder nos hizo renacer, aun cuando estábamos muertos en delitos y pecados; por su trascendente poder El hace todo cuando quiere, en los cielos y en la tierra, por lo que, nada ni nadie en todo el universo, ni aun los demonios pueden detener su mano. Ellos tiemblan ante se presencia. Amado hermano, es cierto que tienes un enemigo fuerte, pero contigo esta aquel que tiene toda potestad en el cielo y en la tierra. Aquel poder que resucito a Cristo de entre los muertos mencionado en el capitulo 1, es el mismo poder que tienes a tu disposición para enfrentar al maligno.

c) La manera: ¿Cómo buscar en Dios el poder para permanecer firmes? El pasaje nos dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios”. Obviamente, dado que se trata de una lucha espiritual, la armadura es espiritual.

Dos cosas son notables aquí:

1- El creyente debe vestirse. Si quieres permanecer firme, olvídate de tu propio poder y valor. El poder que necesitas no es el tuyo sino el de Dios. Sin embargo, hay aquí una responsabilidad para el creyente, aun cuando el poder viene de Dios. El creyente debe ponerse o vestirse de ese poder; el creyente debe ponerse la armadura de Dios.

2- El creyente tiene la responsabilidad de vestirse con “toda la armadura” de Dios. Dios no necesita que pongas algunas partes de tu armadura, es la de El. Debe ser así. Ningún soldado sensato sale a la guerra solo con una parte del armamento, pues de así hacerlo, quedarían algunas partes vulnerables. Es como el soldado que sale a la guerra con la coraza, el casco, las sandalias, rodilleras, etc, pero se le olvida el escudo o la espada. Tiene que tener toda la armadura.

En conclusión a lo dicho, hay un poder externo a ti hermano que te capacita para estar firme. Es el poder de Dios y solamente el poder de Dios. Pero para poder adquirirlo deber vestirte de toda su armadura.

¿Cuál es esa armadura?

El autor divino (Pablo), utiliza la figura de la armadura de un soldado Romano. El menciona todas las partes de una armadura básica: un cinturón en el cual pudiese enganchar su espada, una coraza para proteger sus órganos vitales, incluyendo su corazón, un casco para proteger la cabeza, un calzado que le permita desplazarse con facilidad, un escudo que le permita protegerse de los ataques del enemigo (no el escudo pequeño redondo, sino el grande rectangular que cubre todo el cuerpo), una espada que le permita atacar al enemigo y un medio de comunicación que le permita comunicarse con sus superiores y con los demás compañeros. Se trata de piezas que protegen puntos vitales.

De igual manera, Pablo lo aplica al área espiritual (pues la lucha no es contra carne ni sangre, sino contra huestes espirituales) y nos menciona todos los elementos de la armadura de Dios: La verdad, la justicia, el evangelio, la fe, la salvación, la palabra de Dios y la oración.

Al igual que en el plano físico, tenemos aquí instrumentos de defensa y de ofensa. Los instrumentos de defensa tienen la función de proteger partes vitales que son el blanco favorito de Satanás: el intelecto, los afectos y la voluntad. Los instrumentos ofensivos nos sirven para atacar a Satanás. Muchos tratan de desglosar la armadura diciendo que tal cosa sirve para tal cosa. Particularmente creo que todos los elementos defensivos sirven para proteger todas las facultades. La verdad, la justicia, la salvación, la palabra, la oración, etc, todos estos guardan nuestras mentes y corazones en Cristo Jesús. Todos estos instrumentos nos protegen de ataques al intelecto, tales como el liberalismo, el pragmatismo, el legalismo, el materialismo, herejías, entre otros. Por otro lado, todos estos instrumentos nos protegen de ataques a nuestros afectos, tales como envidia, rencor, ira pecaminosa, orgullo, deseo de venganza, etc.

Sin embargo, quisiéramos hacer una breve descripción de cada uno y ver como estos nos ayudan a vencer en la lucha espiritual.

1- La Verdad. Ha habido diferencias de opinión en cuanto a que se refiere “la verdad” en términos espirituales. Algunos entienden que se refiere a la revelación especial de Dios (su palabra). Sin embargo, mas adelante el pasaje nos habla de “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”. Por lo que, algunos opinan que “la verdad” mencionada en el pasaje es una remoción de todo engaño e hipocresía, en otras palabras, es una referencia a sinceridad de mente y de corazón. Si revisamos el hilo de pensamiento que Pablo viene llevando en Efesios, notaremos que en varias ocasiones se refiere a “la verdad” como aquello que se opone al engaño que caracteriza al hombre mundano (4:15, 25; 5:6,9), diferente al creyente, quien ama la verdad en lo íntimo. Lo primero entonces de lo que debemos vestirnos es de sinceridad de corazón y mente en la lucha contra el maligno.

2- La Justicia. Sobre este punto también ha habido desacuerdos con relación a su significado espiritual. Algunos han dicho que es una referencia a una clara comprensión de la doctrina de la justificación por la fe, la cual nos dice que somos declarados justos al recibir por la fe la obediencia activa de Cristo. Y esto es realmente cierto, pero es muy probable que Pablo haga referencia a esta realidad en la frase “el yelmo de la salvación”, no aquí. ¿Qué es la justicia aquí entonces? Cuando nos vamos a Efesios 4:24 y a Efesios 5:9, que son las dos ocasiones donde Pablo utiliza esta misma palabra, ella se utiliza en un sentido ético mas bien que legal. En otras palabras, la justicia aquí es una posible referencia a rectitud moral e integridad. Una frase parecida es usada por Pablo en 1 Tes. 5:8 donde nos habla de “la coraza de fe y amor”.

3- El evangelio de la paz. El pasaje nos habla de la disposición a predicar el evangelio. Usted podrá decir: “entiendo que la sinceridad y la integridad son armas poderosas contra Satanás y sus ataques, pero ¿la disposición de predicar el evangelio?”. Simplemente quisiera que llevásemos nuestras mentes al pasaje de Mateo 16:18, donde Jesús dice que las puertas el Hades no prevalecerán contra su iglesia. A veces pensamos que este pasaje nos describe a Satanás atacando a la iglesia de Cristo y a esta defendiéndose. Pero ese no es el cuadro. El cuadro es el siguiente: Hay una fortaleza llamada hades (infierno), en la que hay miles y miles de personas cautivas, muertas y ciegas, sumidas en oscuridad. Pero por otro lado Jesús presenta a la iglesia invadiendo los reinos del hades y entrando imponentemente por sus puestas y sacando esclavos de allí por medio de la predicación. Por medio del evangelio que la iglesia porta, miles y miles de personas son trasladadas de las tinieblas a la luz y las puertas del hades no pueden impedir que esto suceda, pues a Cristo, la cabeza de la Iglesia, le ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra. Si queremos vencer en esta lucha hemos de ser agresivos en nuestro evangelismo, debemos predicar a tiempo y fuera de tiempo a toda criatura racional que nos pase por el frente. A medida que más personas salen de la oscuridad por medio del evangelio, más grande se hace nuestro ejército.

4- La fe. Impresionante. Pablo presenta a Satanás en esta ocasión dirigiendo astutamente sus dardos contra los creyentes. Hemos visto que Satanás usa al mundo y a las cosas que están en el mundo (deseos de los ojos, deseos de la carne y la vanagloria de la vida) para derribarnos. Sin embargo, Juan nos dice que es nuestra fe lo que ha vencido al mundo (1 Jn. 5:4). Hebreos 11 nos dice que Moisés tenia nos opciones: por un lado, los placeres temporales del pecado y por otro lado, el sufrir con el pueblo de Dios. Pero Moisés tenia la mirada puesta en el galardón (invisible=Dios mismo). La fe fue lo que le llevó a ver que había más placer y riquezas en Dios que en el pecado. Hermanos, la vida cristiana es una lucha, donde por un lado Satanás me ofrece gozo en el pecado y donde Dios nos ofrece un placer pleno y duradero en su presencia, lo que convierte el pecado en una simple cisterna agrietada. La fe consiste entonces en creerle más a Dios, es decir, en creer que hay mas gozo en Dios que en el pecado. Decía Sir Richard Baxter que mientras mas nos deleitamos en Dios, menos atractivo se hará el pecado en nuestras vidas.

5- La salvación. Otra arma poderosa que tenemos en esta lucha es una convicción y un sentido claro de nuestra salvación en Cristo. El enemigo no es solo Satanás el adversario, sino también el Diablo el acusador. Uno de sus pasatiempos es acusar a los hijos de Dios. El tener un claro sentido y convicción de la obra de Cristo aplicada a nuestras vidas por el poder del Espíritu nos ayuda a combatir dicho ataque. Doctrinas claves como la muerte sustitutoria de Cristo, la cual nos dice que Cristo murió por los pecados de todo aquel que cree y que en virtud de ese sacrificio somos perdonados; doctrinas como la justificación por la fe, la cual nos dice que debido a la perfecta obediencia de Cristo en toda su vida de humillación, obediencia que culmina con su acto de obediencia al ir a la cruz por voluntad del Padre, por ella somos declarados justos y aceptados ante el tribunal divino. Estas doctrinas son básicas en nuestra lucha. Si no tenemos una clara convicción de ellas en nuestras vidas, viviremos sumidos en la depresión y seremos un blanco fácil para el maligno. Satanás nos atacará sacándonos nuestros pecados. La única manera de vencer este ataque es sacando a la luz la obra del Cristo crucificado.

Espero que te des cuenta amado hermano que la teología, el estudiar doctrina, no es algo separado de la práctica, sino el núcleo mismo de nuestra práctica. Si no tenemos estas doctrinas claras en nuestra mente y corazón, seremos derribados fácilmente. Martín Lloyd Jones, en su libro La depresión espiritual dice que una de las principales causas de la depresión en los cristianos es un no tener claro estas doctrinas.

6- La palabra. Se nos menciona también la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Todas las promesas que alimentan nuestra fe provienen de los delicados pastos de la palabra de Dios. Es imposible vencer en esta lucha sin la Escritura, pues de ella vienen las promesas con las que podemos estocar a Satanás y a sus esquemas seductores.

John Bunyan describe tan vividamente esta realidad cuando en su libro “el progreso del peregrino” nos narra la parte final de la batalla entre cristiano y Apolión:

“—Ahora ya eres mío —dijo Apollyón, oprimiéndole tan fuertemente al decir esto, que casi le ahogó, en términos que Cristiano ya empezaba a desesperar de su vida; pero quiso Dios que, en el momento de dar el golpe de gracia, Cristiano, con sorprendente ligereza, asió la espada del suelo, y exclamó: — ¡No te huelgues de mí, enemigo mío, porque aunque caigo he de levantarme! —y le dio una estocada mortal que le hizo ceder, como quien ha recibido el último golpe. Al verlo, Cristiano cobra nuevos bríos, acomete de nuevo, diciendo: —Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó. — Apollyón abrió entonces sus alas de dragón, huyó apresuradamente, y Cristiano no le volvió a ver más por algún tiempo”.

Jesús es nuestro sumo ejemplo en esto. Mateo 4 nos relata de cómo fue tentado tres veces por el maligno y en las ocasiones atacó al maligno con la palabra de Dios. Tres veces dijo en respuesta al esquema seductor del maligno: “No Satanás, porque escrito está”. ¡Oh Cuan gloriosos son aquellos momentos en los que somos tentados severamente por Satanás y seducidos a buscar nuestro Placer en el pecado y le decimos: NO SATANAS, PORQUE LA ESCRITURA DICE QUE EL PECADO NO ES MAS QUE UNA CISTERNA AGRIETADA FRENTE AL GOZO PLENO Y DURADERO QUE NOS DA DIOS. ¡Que la palabra de Cristo abunde en nosotros!

7- La oración. Todo aquel que está en combate necesita un medio de comunicación. La fuerza o el poder del creyente para enfrentar al enemigo no vienen de si mismo, sino de Dios. Somos fortalecidos en el poder y la fuerza del Señor (v. 10). Por lo tanto, hemos de ponernos esta armadura y mientras nos colocamos cada pieza de ella, hemos de orar a nuestro Dios. Notemos la conexión con los versos anteriores: hemos de tomar el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu con toda oración. Hemos de mantenernos en contacto constantemente con la fuente de nuestro poder, el poder que nos lleva a la victoria en esta guerra (ejemplo del jet). Hemos de orar siempre, por nosotros y por nuestros compañeros de milicia, para que cuando ellos sean atacados, Dios les fortalezca y para que cuando ellos esgriman la palabra del evangelio de Dios, atacando así al reino del hades, les sea dada palabra.

d) El propósito del deber: “Para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”; “Para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”; “[Para que] podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”.

El propósito del enemigo con su agresivo ataque es derribarnos, destruir nuestra relación con Dios. Su propósito es deshacer las obras de Dios, incluyendo a los creyentes, nuevas criaturas, hechas en Cristo Jesús por la supereminente grandeza de su poder, para que anden en buenas obras. Obviamente, Satanás tratará de derribarlos con métodos astutos y engañosos (“asechanzas = artimañas”). Así derribó la relación original entre nuestros primeros padres y Dios, y así lo tratara de hacer contigo amado cristiano. Si no estas vestido con TODA LA ARMADURA DE DIOS, entonces tu fracaso es seguro.
Conclusión:

Tenemos un conflicto de dos flancos, siendo el principal un flanco invisible, en el que huestes espirituales, poderosas, engañosas y crueles nos atacan con armas poderosas. Solo el poder del Dios todopoderoso que puede hacer las cosas más allá de lo que pedimos o entendemos puede librarnos de las fauces del león. Aunque el poder es de Dios, sin embargo, el creyente debe vestirse de toda la armadura de Dios, lo que le permitirá fortalecerse y estar firmes en el día del conflicto.

A los amigos. Amado amigo, cuan triste es saber que eres esclavo del espíritu que hoy opera sobre los hijos de desobediencia. Eres esclavo de Satanás, del mundo y de tus propias concupiscencias. Dices que eres libre porque haces lo que te da la gana y no te das cuenta que estas siendo esclavo de tu propia gana, la cual se opone a Dios. Quiera Dios hacerte ver tu pecado y que entonces puedas ver la esperanza: Cristo y este crucificado, quien se dio a Si mismo para librarnos del presente siglo malo. Ora a Dios en este momento y pídele que te salve y únete a este cuerpo glorioso creado en Cristo para andar en buenas obras, para la gloria de Dios y el gozo de sus criaturas.
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