Historia de la Iglesia


 

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Traducción y Adaptación: Jorge L. Trujillo

Los padres de la iglesia primitiva caen en tres categorías básicas, Padres Apostólicos, Padres Ante Nicenos, y Padres Pos-Nicenos.

Los Padres Apostólicos de la iglesia fueron aquellos como Clemente de Roma quienes eran contemporáneos con los Apóstoles y fueron probablemente enseñados por ellos, llevando adelante la tradición y enseñanza de los apóstoles ellos mismos.  Lino, mencionado en 2 Timoteo 4:21 llegó a ser el obispo de Roma después que Pedro fue martirizado, y Clemente siguió a Lino. Por lo tanto, ambos Lino y Clemente de Roma, son considerados Padres Apostólicos.  Sin embargo al parecer ninguno de los escritos de Lino ha sobrevivido mientras que muchos de los escritos de Clemente de Roma si lo han hecho.  Los Padres Apostólicos actuales fueron quienes fueron enseñados por los apóstoles habían salido de la escena y para los comienzos del segundo siglo [100 A.D.], excepto aquellos que hubieran sido los discípulos del Apóstol Juan, tales como Policarpo.  Juan murió en Éfeso cerca de 99 A.D.

Los  Padres Ante-Nicenos fueron aquellos quienes vivieron después de los Padres Apostólicos y antes del Concilio de Nicea en 325 A.D.  Tales luminarias como Ireneo, Ignacio, Justino Mártir eran padres Ante-Nicenos.

Después del Concilio de Nicea en 325 A.D. se levantaron los Padres de la Iglesia considerados Padres Pos-Nicenos. Aquí, están nombres notables cual Agustín, el Obispo de Hipona, quien es a menudo llamado el padre de la Iglesia (Iglesia Romana Católica) por su gran obra en la doctrina de la Iglesia; Crisóstomo, el boca-dorada, por sus excelentes dotes orales; y Eusebio, quien escribió una historia de la Iglesia desde el nacimiento de Jesús hasta el 325 A.D., un año antes del Concilio de Nicea.  El está incluido entre los Padres Pos0-Nicenos porque él no escribió su historia hasta después que el Concilio de Nicea tuvo lugar.  Otros Padres Pos-Nicenos lo eran Jerónimo, quien tradujo el Nuevo Testamento Griego a la Vulgata Latina; y Ambrosio, quien fue grandemente responsable de que el emperador Constantino se convirtiera al Cristianismo.

Los Padres Apostólicos  

¿Entonces, que creían los Primeros Padres de la Iglesia?  Los Padres Apostólicos estaban muy preocupados con la proclamación del Evangelio siendo tal y como los mismos Apóstoles lo proclamaban.  Ellos no estaban interesados en formular doctrina teológica, siendo que el evangelio que ellos habían aprendido de los Padres Apostólicos eran tan celosos como los mismos Apóstoles en desarraigar y exponer cualquier falsa doctrina que comenzara a crecer aquí y allá.  La ortodoxia del mensaje era preservado por el deseo de los Padres Apostólicos de mantenerse tan fieles como pudieran al evangelio enseñado a ellos por los Apóstoles.

Los Padres Ante-Nicenos  

Los Padres Ante-Nicenos también trataron de mantenerse fieles como fuera posible al Evangelio que se les había enseñado, pero ellos tenían una preocupación adicional que no estuvo presente con los Padres Apostólicos.  Ahora, había varios escritos espurios que reclamaban tener el mismo peso que los escritos establecidos por tales como Pablo, Pedro, y Lucas.  La razón para la existencia de estos escritos espurios era evidente,  ya que si el Cuerpo de Cristo podía ser persuadido de que los documentos espurios eran iguales a aquellos que eran vistos como genuinos, entonces los documentos espurios serían vistos como genuinos también.  Por lo tanto, los Padres Ante-Nicenos comenzaron a pasar gran parte de su tiempo en defender la doctrina Cristiana de las falsas enseñanzas, y este fue los comienzos de la formación de la doctrina de la iglesia.

Padres Pos-Nicenos  

Los Padres Pos-Nicenos llevaron a cabo la misión de la defensa del Evangelio contra toda clase de herejías y falsas doctrinas, así que más y más los Padres Pos-Nicenos comenzaron a estar más interesados en la defensa del evangelio y menos interesados en transmitir el evangelio en una forma verdadera y pura, lo cual fue la marca sobresaliente de los Padres Apostólicos.  Para el tiempo que Agustín, el Padre de la doctrina Católica, la necesidad de defender el evangelio contra las herejías y falsas doctrinas había llegado a tal punto que la verdadera doctrina bíblica fue en su mayor parte totalmente establecida.

Fuente: http://www.gotquestions.org/early-church-fathers.html


 



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  Por: Jorge L Trujillo

La muerte y resurrección de Jesús

Hacían ya cincuenta días que se había celebrado en Jerusalén la fiesta judía de la Pascua. Durante ese tiempo se conmemoraba la liberación milagrosa de los israelitas de la opresión del Faraón en Egipto. Fue también durante ese tiempo que se acababa de dar muerte a Jesucristo. El pueblo buscó la manera de acusar a Jesús de blasfemo. Fue acusado de hacerse igual a Dios, decir que era el Hijo de Dios y por ser supuestamente un revolucionario que atentaba contra el gobierno de Roma; por eso lo mataron. Jesús había pasado alrededor de tres años y medio predicando el Evangelio del Reino de Dios. Había alimentado a multitudes, había sanado a muchos enfermos, resucitado a muertos y enseñado al pueblo la verdad de Dios y su reino. Pero lo mataron.

Los clavos cruzaron sus manos y sus pies en una cruz bajo el duro sol de un día que, según se cree, fue viernes, antes del día sábado, el día de reposo. El lugar preciso donde murió Jesús era conocido como el Gólgota. Allí le injuriaron, se mofaron de él, tomaron sus vestidos y los partieron y su túnica la sortearon entre los soldados Romanos que llevaron a cabo tan horrible acto de destrucción. Después de morir en la cruz, y haber derramado su sangre por los pecados del mundo, Jesús fue sepultado antes que cayera el sol en una tumba cerca del mismo lugar donde había sido crucificado.

Para sorpresa de todos, el domingo en la mañana, Jesús resucitó. Tal como le había dicho a sus discípulos "yo pongo mi vida y la vuelvo a tomar"(Juan 10:17), también les dijo:

Marcos 10:33-34 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; y le escarnecerán, le azotarán y escupirán en él, y le matarán, MAS AL TERCER DIA RESUCITARÁ. (Énfasis del Autor)

Y así fue, ¡Jesucristo resucitó! Los que odiaban a Jesús pensaron que al matarlo resolvían su problema pero la situación empeoró y el problema ahora era mayor. Jesús había resucitado de entre los muertos y sus seguidores estaban regocijados y contentos. Los próximos cincuenta días pasaron sin mucho alboroto, Jesús fue visto resucitado por las mujeres, los sus discípulos, y en cierta ocasión por más de quinientas personas a la misma vez. Jesús tomo los próximos cuarenta días para instruir a sus discípulos acerca de los acontecimientos que estaban por suceder. Compartió tiempo con ellos y les dijo que tenían una tarea por delante.

Mateo 28:18-20 Y Jesús se acerco y les habló diciendo: Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo.

Tendrían que hacer discípulos a todas las naciones y predicar el Evangelio del Reino por toda la tierra, pero les dijo que esperaran hasta que la promesa la cual él había prometido viniera. Era el Espíritu Santo quién daría poder para testificar y hacer la labor que Jesús les había encomendado.

Hechos 1:4; 8 Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mi….

…pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Y así lo hicieron. Cincuenta días después de la pascua, se celebraba la fiesta de Pentecostés, o la fiesta de las Semanas, pues ocurría exactamente siete semanas después de la celebración de la Pascua. Jerusalén estaba llena de personas de todo el mundo conocido en aquel entonces que habían venido a celebrar esta fiesta. Los discípulos también estaban allí.

Pentecostés y el comienzo de la Iglesia:

Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos los discípulos y seguidores de Jesús unánimes y juntos en un salón conocido como el aposento alto.

Hechos 2:2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Habían allí reunidos personas creyentes en la religión judía de todas partes del mundo, y al oír aquel ruido se juntaron para ver lo que había ocurrido, estos estaban confundidos porque cada uno oía a los seguidores de Jesús hablando en su propia lengua. Y se maravillaban porque estos siendo galileos podían hablar en las lenguas de los países de aquellos visitantes. Algunos llegaron a pensar que estaban borrachos, cosa que no tenía sentido pues eran solamente las nueve de la mañana, muy temprano para estar ebrio. Además los borrachos no pueden producir conversaciones inteligibles solo ruido y algarabías.

Allí se cumplieron las palabras de Jesús cuando me dijo:

De cierto de cierto os digo que hay algunos de los que están aquí presente que no gustaran muerte hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en su Reino.

El apóstol Pedro, siendo dirigido por el Espíritu Santo, se puso en pie con los demás apóstoles y alzando la voz comenzó a predicar acerca de Jesucristo que fue muerto pero había resucitado y que había subido al cielo y se había sentado en su trono a la diestra del Padre y había enviado el Espíritu Santo con poder y gloria como señal de que tenía autoridad. Allí se dio comienzo a la Iglesia, el reino de Cristo sobre la tierra. Allí se vio el poder de Dios en acción y aquel día se convirtieron al evangelio tres mil personas. Así comenzó la Iglesia.

La Era Apostólica - Vida de los primeros cristianos:

El evangelio fue predicado no solo en Jerusalén, sino también en toda Judea y en Samaria, y hasta hoy se sigue predicando hasta lo último de la tierra. Cada día añadía el Señor a la iglesia los que habían de ser salvos.

Hechos 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, el partimiento del pan y en las oraciones.

La vida de los primeros creyentes era caracterizada por la unidad que existía entre ellos. Estaban siempre juntos perseverando en las enseñanzas de los apóstoles, tenían comunión los unos con los otros y comían juntos la cena del Señor y oraban los unos por los otros.

Hechos 2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno, perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.

Los primeros creyentes eran gente humilde piadosa, y unida en todos los aspectos, no solo en lo espiritual sino también en lo material. Vivian como parte de la religión judía, como una secta más de la religión de los judíos y tenían favor con todo el pueblo. Pedro junto con los demás apóstoles continuó la tarea de seguir predicando el evangelio pero sin salir de Jerusalén. Los discípulos y nuevos convertidos se encargaban de llevar el evangelio a los demás lugares donde iban, pero la comodidad les duró poco. Mientras más hablaban de Jesús y hacían maravillas y milagros en su nombre, mas irritaban a los líderes que le habían crucificado. Ahora todo lo que se oía hablar era de Jesús y a ellos les molestaba en sobremanera grande.

La primera persecución:

Los discípulos Pedro y Juan continuaban predicando que solamente en el nombre de Jesús había salvación y perdón de pecados y resurrección de entre los muertos. Que el pueblo necesitaba arrepentirse y confesar a Jesús como salvador. Mientras predicaban Pedro y Juan fueron tomados por los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo y los saduceos, secta de los judíos que no creía en la resurrección de los muertos, y fueron puestos en la cárcel hasta el día siguiente. (Hechos 4:1-2).

Amonestados:

El siguiente día se reunieron en Jerusalén los gobernantes, y lideres judíos e interrogaron a Pedro y Juan acerca de con cual potestad habían ellos hechos las obras y milagros que hacían. En esta ocasión Pedro lleno del Espíritu Santo se puso en pie y les predicó que solo en Cristo hay salvación y al verlos hablar se maravillaban porque sabían que eran hombres del vulgo y sin letras. Al no encontrar nada de que acusar a los apóstoles los amenazaron que no hablaran mas en el nombre de Jesús. Las amenazas no fueron suficientes para detener a los discípulos y los nuevos creyentes en Jesús. Habiendo orado por qué Dios le diera denuedo para seguir predicando y hablando acerca de Jesús fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con denuedo la Palabra de Dios.

Azotados:

Una vez más fueron puestos en la cárcel los apóstoles. Esta vez por celo de los saduceos pero fueron librados milagrosamente por mano de un ángel del Señor quién les ordenó que fueran al templo y anunciaran al pueblo las palabras del evangelio de Cristo. Cuando los buscaron en la cárcel al próximo día, no los encontraron, pero cuando se enteraron que estaban en el templo hablando de Jesús, les trajeron una vez más para requerirles por qué habían continuado hablando es ese nombre a lo que ellos les respondieron:

Hechos 5:29 "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres"

Por medio de Gamaliel, un anciano maestro de la ley y muy respetado por todo el pueblo pidió a los lideres que dejaran ir a los apóstoles y que si lo que ellos predicaban era de Dios permanecería, pero si no lo era perecería. Todos estuvieron de acuerdo y llamando los discípulos una vez más, les azotaron y después de intimarlos para que no hablasen más de Jesús, les dejaron ir.

La Iglesia crecía y la armonía y comunión comenzaba a sufrir. Hubo necesidad de elegir diáconos (ayudantes) para los apóstoles pues el trabajo de distribución de comida diaria que era mucho para ellos solos. Entre los siete hombres que escogieron, estaba Esteban, varón lleno de fe, y del Espíritu Santo, junto con Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás. Oraron por ellos y les impusieron las manos,

Hechos 6:7 "y crecía la Palabra del Señor, y le número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos sacerdotes obedecían la fe."

Matados:

No pasó mucho tiempo sin que hubiera problemas nuevamente. (Hechos 7) Esta vez, cerca de un año después de la muerte de Cristo, se comenzó una discusión con Esteban pero al no poder resistir la sabiduría que tenia y el Espíritu con que hablaba, sobornaron a unos para que dijesen que Esteban hablaba blasfemas contra Moisés y contra Dios en el templo. Esteban dio testimonio de Jesús ante los que le acusaban y les hablo duramente por su incredulidad y dureza. Estos al oír las palabras de Esteban se enfurecieron y echándole fuera de la ciudad le apedrearon hasta quitarle la vida, y este mientras moría oraba "Señor no le tomes en cuenta este pecado".

Uno de los que estuvo de acuerdo con la muerte de Esteban fue Saulo de Tarso, un joven al cual trajeron las ropas de Esteban y las pusieron a sus pies. Desde aquel día comenzó una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén y todos fueron esparcidos.

Hechos 8:3 Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres, y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.

La vida de los nuevos creyentes no era fácil. Estando siendo perseguidos por su fe, tenían que ser verdaderos creyentes los que decidían seguir la enseñanza de los discípulos y el mensaje de Cristo. "Pero la persecución produjo un efecto contrario al deseo que la originó. Los miembros de la iglesia de Jerusalén fueron esparcidos por toda Judea y Samaria, por donde iban predicando. Felipe fue a Samaria en misión, y hubo allí un gran despertamiento espiritual. Se estaba realizando allí el cumplimiento de la comisión del Señor de predicar el evangelio en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los últimos extremos de la tierra (Hechos 1:8)" (Vos, Breve Historia de la Iglesia, p. 9).

Pero la muerte de Esteban no fue la única, mas adelante otros también perdieron sus vidas por causa del nombre de Jesús…

"Alrededor de dos mil cristianos, incluyendo a Nicanor, uno de los siete diáconos, padecieron martirio durante <<la tribulación que sobrevino en tiempo de Esteban>>.

El siguiente mártir que encontramos en el libro de Hechos lo es Jacobo, Hijo de Zebedeo, hermano de Juan y pariente de nuestro Señor; porque su madre Salomé era prima hermana de la Virgen María. No fue hasta diez años después de la muerte de Esteban que tuvo lugar este segundo martirio. Ocurrió que tan pronto como Herodes Agripa fue designado gobernador de Judea que , con el propósito de congraciarse con los judíos, suscitó una intensa persecución contra los cristianos, decidiendo dar un golpe eficaz, y lanzándose contra sus dirigentes. No se debería pasar por alto el relato que da un eminente escritor primitivo, Clemente de Alejandría. Nos dice que cuando Jacobo estaba siendo conducido al lugar de su martirio, su acusador fue llevado al arrepentimiento, cayendo a sus pies para pedirle perdón, profesándose cristiano, y decidiendo que Jacobo no iba a recibir en solitario la corona del martirio. Por ello, ambos fueron decapitados juntos. Así recibió resuelto y bien dispuesto el primer mártir apostólico aquella copa, que él le había dicho a nuestro Señor que estaba dispuesto a beber. Timón y Parmenas sufrieron el martirio alrededor del mismo tiempo; el primero en Filipos, y el segundo en Macedonia. Estos acontecimientos tuvieron lugar el 44 D.C." (Fox, Libro de los Mártires, p. 22)

La conversión de Pablo:

El joven llamado Saulo de Tarso, quién estuvo de acuerdo con la muerte de Esteban y que perseguía a hombres y mujeres y los echaba en la cárcel por causa del nombre de Jesús, iba camino a Damasco persiguiendo a los cristianos. En este camino hacia el norte con el fin de traer a Cristianos presos a Jerusalén fue sorprendido por el mismo Señor a quién perseguía. Una luz del cielo y un resplandor le rodeó y le cegó:

Hechos 9:4-5 "y cayendo en tierra oyó un voz que le decía Saulo, Saulo ¿porque me persigues? El dijo: ¿Quién eres Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quién tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

Pablo lleno de temor preguntó al Señor que quería que hiciera. Fue instruido a ir a Damasco donde alguien le diría lo que habría de hacer. Allí fue enviado un discípulo llamado Ananías quién puso las manos sobre él y fue lleno del Espíritu Santo y se le cayeron de los ojos como escamas y recibió al instante la vista.

Pablo se convirtió en el predicador más conocido del Evangelio entre los gentiles. Después de su experiencia en Damasco, Pablo no subió a Jerusalén sino que paso tres años en Arabia y luego regreso a su tierra. Pablo recibió revelación de Dios respecto al Evangelio de la Gracia el cual encontramos escritos en catorce cartas del Nuevo Testamento. Cartas escritas a las iglesias que había fundado o que pensaba visitar, como la de los romanos.

Mientras Pablo se ausentaba, la iglesia continuaba su crecimiento en Jerusalén. Pedro fue llamado por Dios a predicar a los gentiles. Fue enviado a la casa de Cornelio, un soldado Romano quién se convirtió al evangelio de Jesucristo. La iglesia crecía ligeramente en siria, y los creyentes fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquia. La Iglesia era predominante judía. Hasta ahora solo judíos y alguno Samaritanos habían recibido el mensaje del evangelio pero cuando oyeron los judíos que también entre los gentiles (no judíos) se había recibido la Palabra de Dios y que Pedro había entrado y comido en la casa de Cornelio quién era gentil y esto era prohibido por la tradición hebrea, le requirieron. Pedro contó a los judíos creyentes de como Dios había obrado en la casa de Cornelio y les había dado el Espíritu Santo de la misma manera que a ellos en Pentecostés...


"Entonces oídas estas cosas, callaron, y glorificaban a Dios, diciendo:
De manera que también a los gentiles ha dado Dios
arrepentimiento para vida."


Para lectura adicional:

El mundo del apóstol Pablo
La persecución en la iglesia primitiva
Las Cruzadas


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 Por - Bruno Kolberg

(Capítulo 2 del Libro sobre Profecía Bíblica: "Los Juicios Bíblicos del Tiempo del Fin")


 

La Congregación de Israel
El Ascenso y Caída de Israel
El Legado de Israel
El Fin de una Era
Primeros Frutos de una Nueva Era
Notas Finales

A través de este libro, se harán comparaciones entre la Iglesia de Dios en el Nuevo Testamento y Su Iglesia de Israel del Antiguo Testamento. Estas comparaciones son importantes porque la Biblia presenta a Israel como un ejemplo para nuestra instrucción hoy. El Apóstol Pablo nos recuerda de esto en 1 Corintios 10:11. Al explicar los juicios de Dios sobre esa nación, el declara:

Todo eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos. (NVI)

Los ejemplos de Israel serán entendidos mejor si primero sabemos algo acerca de la historia de esta nación. Este capítulo provee un bosquejo de eso. Además, hablaremos acerca de Cristo, el punto focal en la historia de Israel desde el punto de vista de Dios. Finalmente, discutiremos como la era de Israel terminó en la cruz, y como la era de la Iglesia del Nuevo Testamento comenzó, muy visiblemente algunas semanas más tarde en Pentecostés.

Mientras estudiamos estos tópicos, debemos prestar atención a que todos los tratos de Dios con el hombre se centran últimamente en Cristo. La cronología de la historia de la tierra no es una función del levantamiento y caída de imperios humanos, sino de lo que Dios se propone a través de su plan de salvación.

Dios ha estado salvando gente desde que los primero seres humanos poblaron la tierra, y existe un número preciso que ha de ser salvo, conocido solamente por El. Cuando la última persona venga a la fe, el plan de Dios va a ser terminado. El entonces, terminará el mundo, pues no habrá ningún propósito a servir para continuar su existencia. Mateo 24:14 declara: "Y este evangelio del Reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin."

El fin está determinado por el alcance del Evangelio, y vendrá solamente después que Dios haya salvado a sus escogidos. Como este libro sugiere, nuestra generación es probablemente la que será testigo los años finales del mundo. No obstante, para entender este tiempo extraordinario, debemos de mirar primero a los tratos de Dios con Israel, lo cual nos proveerá dirección para hoy.

La Congregación de Israel

La historia de Israel realmente comenzó con la circuncisión de Abraham in 2067 AC.( 1 ) Antes de este evento, Dios no habla de un cuerpo llamado junto en su nombre, aunque gente en esos días se salvaban exactamente igual que hoy. Abel fue salvado, como probablemente fueron sus padres Adán y Eva. Enóc caminó con Dios y fue tomado arriba por El (el nunca experimentó la muerte - Gen 5:24). Noé hallo gracia en los ojos del Señor y escapó el severo juicio del diluvio.

Uno ha de preguntarse como todos estos individuos podían salvarse, dado que ellos vivieron en los tiempos del Antiguo Testamento, antes que Cristo fuera a la cruz. Deleitosamente, ellos fueron salvos porque, en principio, Cristo fue el Cordero "Inmolado desde la fundación del mundo" (Rev. 13:8).

Observen que Dios nunca requirió a los primeros creyentes como Enóc y Noé que se hicieran parte de una congregación. Sin embargo, después de la circuncisión de Abraham (lo cual significaba la intención de Dios de multiplicar sus descendientes - Gen. 17:1-14), Dios comenzó a identificar Su reino con un pueblo escogido en vez de individuos. Por eso, la circuncisión de Abraham, marcó el nacimiento de la nación de Israel. Esta nación se convirtió en la congregación de Dios sobre la tierra, y la representación corporal de Su reino.

El Ascenso y Caída de Israel

El Antiguo Testamento revela la historia de las fortunas alternadas de Israel. Cuando era obediente al Señor, era maravillosamente bendecida, pero cuando era desobediente era grandemente juzgada.

La historia de Israel está llena de estos ciclos recurrentes de obediencia y favor, y desobediencia e ira. Su punto más alto fue indudablemente la gloria en los días de los reyes David y Salomón. Sin embargo esta época esplendida terminó en 931 AC. ( 2 ) Esto fue cuando Salomón murió, su muerte brotó una rebelión que causó que la monarquía se dividiera en dos reinos, el de Judá y el de Israel.

Judá fue el reino del Sur consistiendo de las dos tribus de Judá y Benjamín; su capital fue Jerusalén. Israel fue el reino del Norte consistiendo de las otras diez tribus que se dividieron; su capital fue Samaria. Por eso, existía una monarquía dividida y los reinos individuales nunca alcanzaron la gloria de la monarquía unificada. De hecho, por el octavo siglo AC, la iniquidad del reino del norte (Israel) había sido tan grande que el Señor la destruyó por medio de la nación pagana de Asiria (2 Reyes 17:6-18).

(Incidentalmente, después de la destrucción de Israel, los remanentes del reino del norte fueron incorporados a Judá. Por esto, la Biblia a veces llama a Judá "Israel". Esto puede ser confuso, pero el contexto usualmente va a revelar si la palabra "Israel" se refiere al reino del norte o a la nación en general).

Ahora, solo el reino sureño de Judá permanecía. Pero como su hermana norteña, Judá hizo lo malo a los ojos del Señor. Así, en 586 AC, menos de dos siglos después de la destrucción de Israel, Judá fue juzgada cuando Dios trajo al rey Nabucodonosor de Babilonia contra la tierra (Jer. 50:17) ( 3 ) Nabucodonosor destruyó a Jerusalén y el templo, tomando cautivos la mayoria de los Judíos a Babilonia.

En resumen, Judá fue cautiva a los poderes extranjeros (mayormente Babilonia) por setenta años. Así como el reino del norte, su juicio ocurrió porque ella había continuamente rechazado el Señor (2 Cron. 36:15-21).

Trágicamente, Judá no se percató que se había vuelto rebelde. A través de las suaves mentiras de los falsos profetas, su gente fue calmada a creer que Dios no los iba a juzgar. Encontramos referencia a esto en Jeremías 23. Significativamente, Dios habla acerca de esta profecía como teniendo completo entendimiento "en los postreros días". En la Biblia, el término "postrero" o "postreros días" a menudo implica toda la era del Nueva Testamento o los tiempos del fin en particular (ver Isaías 2:2; 2 Pedro 3:3). Por lo tanto, existe una fuerte sugerencia, que esta profecía se está refiriendo a los días justo antes del retorno de Cristo. En otras palabras, es una profecía teniendo doble cumplimiento.

16 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan: os hacen desvanecer; hablan visión de su corazón, no de la boca de Jehová.17 Dicen atrevidamente á los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y á cualquiera que anda tras la imaginación de su corazón, dijeron: No vendrá mal sobre vosotros.18 Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿quién estuvo atento á su palabra, y oyó?19 He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está aparejada, caerá sobre la cabeza de los malos.20 No se apartará el furor de Jehová, hasta tanto que haya hecho, y hasta tanto que haya cumplido los pensamientos de su corazón: en lo postrero de los días lo entenderéis cumplidamente.21 No envié yo aquellos profetas, y ellos corrían: yo no les hablé, y ellos profetizaban.22 Y si ellos hubieran estado en mi secreto, también hubieran hecho oír mis palabras á mi pueblo; y les hubieran hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.23 ¿Soy yo Dios de poco acá, dice Jehová, y no Dios de mucho ha?24 ¿Ocultarse alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No hincho yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?25 Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.26 ¿Hasta cuándo será esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?27 ¿No piensan como hacen á mi pueblo olvidarse de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta á su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal?28 El profeta con quien fuere sueño, cuente sueño; y el con quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová.29 ¿No es mi palabra como el fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?30 Por tanto, he aquí yo contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano.31 He aquí yo contra los profetas, dice Jehová, que endulzan sus lenguas, y dicen: El ha dicho.32 He aquí yo contra los que profetizan sueños mentirosos, dice Jehová y contároslos, é hicieron errar á mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié, ni les mandé; y ningún provecho hicieron á este pueblo, dice Jehová. 33 Y cuando te preguntare este pueblo, ó el profeta, ó el sacerdote, diciendo: ¿Qué es la carga de Jehová? les dirás: ¿Qué carga? Os dejaré, ha dicho Jehová.34 Y el profeta, y el sacerdote, ó el pueblo, que dijere: Carga de Jehová; yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa.35 Así diréis cada cual á su compañero, y cada cual á su hermano: ¿Qué ha respondido Jehová, y qué habló Jehová?36 Y nunca más os vendrá á la memoria decir: Carga de Jehová: porque la palabra de cada uno le será por carga; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, de Jehová de los ejércitos, Dios nuestro.37 Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló Jehová?38 Mas si dijereis: Carga de Jehová: por eso Jehová dice así: Porque dijisteis esta palabra, Carga de Jehová, habiendo enviado á deciros: No digáis, Carga de Jehová:39 Por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y os arrancaré de mi presencia, y á la ciudad que os di á vosotros y á vuestros padres; (Jer. 23:16-39)

Los Falsos profetas dominaban a Israel, provocando la ira de Dios. Como estamos comenzando a darnos cuenta, los falsos profetas abundaran en la iglesia cerca del tiempo del fin. Increíblemente, la historia espiritual se repite. La misma cosa que le ocurrió a Israel va a ocurrir a la Iglesia del Nuevo Testamento. Las advertencias de Jeremías 23 no podían ser más relevantes.

El Legado de Israel

A pesar de la historia marcada de Israel, la Iglesia del Nuevo Testamento está endeudada a su gente, los judíos. Aparte de servir como un valioso ejemplo para nuestra instrucción hoy, los judíos fueron la raza escogida a través de la cual Cristo vino. Paradójicamente, ellos crucificaron a Cristo (siendo entonces en gran parte una nación rebelde). Por supuesto, esto fue la intención de Dios desde el principio. Si Cristo no hubiera muerto en la cruz, no habría salvación para la raza humana, ni una comisión para la iglesia. Los doce Apóstoles, con su trabajo tan crucial en establecer la iglesia primitiva, eran judíos. La Biblia, la cual reverenciamos como la revelación de Dios para nosotros, fue escrita mayormente por judíos.

Claramente, Dios tenía propósitos específicos en mente cuando El levantó a los descendientes de Abraham para una nación para Sí Mismo. Todos los propósitos estaban centrados en Cristo y en la gloriosa salvación que el haría posible.

Curiosamente, algunos cristiano piensan que la historia de Israel tiene relevancia limitada para nuestra era Neo Testamentaria. Todo lo contrario es cierto. Aparte de su importancia como ejemplo, el Antiguo Testamento sirve para revelar nuestro Salvador, Jesucristo. En Juan 5:39, Jesús dijo a los discípulos quienes creían que estaban salvos:

Escudriñad las Escrituras; porque en ellas os parece que tenéis la vida eterna: y ellas dan testimonio de mí.

Últimamente, todos los eventos históricos, leyes, Salmos y profecías del Antiguo Testamento testifican de Cristo. Las Escrituras antiguas están por lo tanto llenas del Evangelio, y Dios lo ha dado especialmente para los Cristianos del Nuevo Testamento. Como 1 Pedro 1:10-12 verifica, los profetas del pasado fueron diligentemente pendientes de Cristo, y escribieron de Él para nosotros:

10 De la cual salud los profetas que profetizaron de la gracia que había de venir á vosotros, han inquirido y diligentemente buscado,11 Escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba las aflicciones que habían de venir á Cristo, y las glorias después de ellas.12 A los cuales fue revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros administraban las cosas que ahora os son anunciadas de los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; en las cuales desean mirar los ángeles.

El Apóstol Pedro reveló que los profetas nos servían a nosotros, los que vivimos en la era del Nuevo Testamento. Los libros del Antiguo Testamento son por lo tanto altamente relevantes hoy. Esto es especialmente cierto de las profecías del Nuevo Testamento. El libro de Revelación, por ejemplo, sería muy difícil de entender sin estudiar las primeras Escrituras de las cuales los símbolos se derivan.

El Fin de una Era

La era de Israel como la identidad corporativa del reino de Dios vino a un dramático final cuando los judíos crucificaron a Jesús.

Jesús era el hijo de Dios, enviado a Israel como su rey prometido. El predicó alrededor de tres años y medio, confirmado su divinidad a través de grandes milagros y señales. Pero a pesar de ser el más grande de todos los profetas, siendo el Mesías prometido, Jesús fue rechazado por los judíos. Tristemente, ellos estaban esperando un rey quien establecería un reino con gloria terrenal, no la gloria celestial de la que Jesús habló. Cegados a los propósitos de su ministerio, los judíos le crucificaron como un blasfemo y problemático.

En toda probabilidad, Jesús fue crucificado el viernes 3 de abril de año 33 DC. Este fue el día de la Pascua, el día catorce del primer mes Judío (Nisan). En ese día, mientras los sacerdotes estaban sacrificando el cordero de Pascua en el templo, Jesús colgaba en la cruz como el Cordero de Dios quien fue sacrificado para pagar por nuestros pecados.

Cuando Jesús murió ese día, algo simbólico ocurrió, y para siempre afectó el futuro de Israel como pueblo de Dios. En Mateo 27:50-51, leemos:

Mas Jesús, habiendo otra vez exclamado con grande voz, dio el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rompió en dos, de alto á bajo: y la tierra tembló, y las piedras se hendieron;

Con la muerte de Jesús, el velo del templo fue rasgado de arriba a abajo por Dios mismo. Esto fue significante. El templo en Jerusalén era el foco de los sacrificios y las ofrendas. Judías. Era el edificio santo, haciendo a Jerusalén la ciudad santa. Un velo en este templo escondía un cuarto conocido como el Santo de los Santos, el cual contenía el Arca del Pacto. A este cuarto podía entrar una vez al año el sumo sacerdote, el día de la Expiación (el día diez del mes séptimo, Tishri). Ese día, el sacerdote rociaba la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio que cubria el Arca. Esta acción apuntaba a la expiación por el pecado a través de la sangre del sacrificio de Cristo (ver. Heb. 9:7-14).

Cuando el velo fue rasgado por Dios después de las palabras del Cristo que moría "Consumado es" (Juan 19:30), Dios estaba significando que el Santo de los Santos ya no era más un lugar escondido. A través del rompimiento del velo, el cual tipificaba la carne rota de Cristo (Heb. 10:19-20), el Dios Santísimo era ahora accesible a todas las gentes. No había ya más ningún requerimiento de rituales, o sacrificios u ofrendas. No había ya más necesidad por un Santo de los Santos, o de un edificio santo ni aun una ciudad santa. Cristo había abierto una nueva vía hacia la presencia divina. Con su sacrificio perfecto una vez y para siempre (Heb. 10:10-12), El había instituido un nuevo pacto (Heb. 10:14-17; 9:13-15; Mt 26:28). Todos los sacrificios y ceremonias ahora habían terminado, pues Cristo fue su cumplimiento (Heb. 8:13; 10:1, 18).

Por lo tanto, la cruz marcó el fin de la era de Israel. Después de eso, si alguien quería ser identificado con el pueblo de Dios, no tenía que ser un judío o hacerse un Gentil circuncidado. La salvación era ahora disponible para todas las gentes no importando nacionalidad.

Primeros Frutos de una Nueva Era

Aunque la era del Nuevo Testamento en principió comenzó en la cruz, la primera evidencia de los frutos de la victoria de Cristo ocurrieron en el día de Pentecostés, diez días después de Su ascensión al cielo. (Referirse a la tabla uno para fechas.)

Pentecostés significa "el quinto" porque era observado cincuenta días después del Sábado de Pascua (Lev. 23:15-16). Era el nombre Griego del Nuevo Testamento para Fiesta de la Cosecha (o Semanas), el cual fue la segunda de tres fiestas anuales que los Judíos estaban requeridos observar (Exo. 23:14-17). Las otras dos eran la Fiesta de los panes sin Levadura (la cual comenzaba con la Pascua) y la Fiesta de los Tabernáculos (la cual ocurría en el séptimo mes)

Pentecostés era la fiesta de celebración de los primeros frutos de la cosecha. Esto es significante, pues fue en Pentecostés 33 AD que el Espíritu Santo fue derramado y la cosecha de almas comenzó (Hechos 2:1-41). En ese día, Pedro predicó un sermón y cerca de 3000 personas -Judíos de toda nación debajo del cielo - fueron salvos. Estos fueron los "primeros frutos" de Dios en el programa de salvación del Nuevo Testamento, ¡y que gran número fueron! Ni aun Jesús, el maestro perfecto, según los hechos escritos, salvó tanta gente durante todo su ministerio. La profecía fue verdaderamente hecha realidad de que sus discípulos harían mayores cosas que El (Juan 14:12). Por fin, la era de Salvación y del alcance del Evangelio había comenzado.

Aquí es donde estamos hoy, en la era del Nuevo Testamento. Como los representantes en la tierra del Reino de Dios, la iglesia ha sido comisionada a testificar el Evangelio ("Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura" - Marcos 16:15). Dada la importancia de esta tarea, no nos sorprende saber que Cristo está observando cuidadosamente la fidelidad de la iglesia en la tarea de llevar a cabo esta comisión.


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Los Orígenes del Movimiento Pentecostal
Por Vinson Synan, Ph.D.

(Antiguo Director del Centro de Investigaciones del Espíritu Santo; ahora, decano, de la 
Escuela de Divinidades de la Universidad Regent)

Introducción

El movimiento Pentecostal es el más grande e importante movimiento religioso que se haya originado en Estados Unidos. Comenzando en 1901 con solamente uno puñado de estudiantes de la Escuela Bíblica de Topeka, Kansas, él numero de Pentecostales aumentó de manera estable a través del mundo durante el Siglo XX [veinte] y para el año 1993 se habían convertido en la familia más grande de Protestantes en el mundo. Con mas de 200,000,000 (doscientos millones) de miembros quienes se designan de denominación Pentecostal, este grupo sobrepasa las iglesias Ortodoxas como la segunda mayor familia de Cristianos, sobrepasado solamente por los Católicos Romanos.

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por Justo Luis Gonzalez

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Con la muerte de Esteban comenzó una gran persecusión en contra de la iglesia que costó la vida a muchos creyentes.

La Palabra Iglesia se deriva del griego "eklessia" que significa "congregación" o asamblea.  La palabra eklesia (iglesia) lleva la idea de separar del resto, de ser  "llamados afuera" y de donde se deriva la plabra "ekletos" (los sacados fuera o elegidos). La Iglesia bajo el Nuevo Pacto tuvo su comienzo el dia de Pentecostés.  Ese día fueron todos los creyentes bautizados con el Espíritu Santo y formaron el cuerpo de Cristo que predica el evangelio del Reino a todo el mundo mientras espera su regreso con poder y gloria.
Los padres de la iglesia primitiva caen en tres categorías básicas, Padres Apostólicos, Padres Ante Nicenos, y Padres Pos-Nicenos. La gran riqueza de material sobre los escritos de los padres de la Iglesia.  El tesoro de informacion histórica de los padres de la Iglesia desde el siglo I hasta el siglo VIII nos ayuda ver las tendencias de la iglesia durante sus primero siglos.