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¿Puede Dios aborrecer a Sus Criaturas?

- Jorge L. Trujillo

Algunos estudiantes de las Escrituras explican que cuando la Biblia usa, la palabra μισω (miseō) para hablar de Dios eso no significa ni ‘odiar’ ni ‘aborrecer’ sino “amar menos”. Por ejemplo, cuando leen en Romanos 9: 13 lo siguiente: Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.” Entienden que en realidad lo que la palabra ‘aborrecer’ (odiar) significa ‘amar menos’ y así pues que toman pasajes donde Dios expresa esta palabra μισω como una simple expresión de ‘menos amor’. Según parece a ellos, esta manera de comprender esta palabra no implica en realidad odio o aborrecer sino un amor menor al que se le de a otro.

Es cierto que de alguna manera podamos decir que Dios ama su creación como aquello que le pertenece, aquello que es suyo, sin embargo el decirle a alguien “te amo menos” o “amo más a otro” no resuelve nada para quien es el objeto del amor menor.  Pero quisiera considerar algunos puntos con respecto al amor y el concepto de “amar menos”:

  • Amor a los hijos: Imagínese como se sentiría usted si su padre o madre le dijera “yo ama más a tu hermano”, a ti “te amo menos”-  En otras palabras, que su hermano o su hermana es el favorito de sus padres; Seguro que usted estaría muy contento y tiraría una fiesta por eso ¿verdad? Muy difícilmente.  Mi esposa y yo tenemos cuatro hijos y siempre quieren estar seguros de que ellos son amados, que son los favoritos y por eso siempre nos preguntan ¿Quién es el favorito? Obviamente, nosotros siempre les decimos que los amamos a todos por igual.
  • Para que se sientan bien le decimos “tu eres nuestro favorito hijo primogénito”, “tu eres nuestra favorita primera hija”, “tu eres nuestro favorito tercer hijo” o “tu eres nuestra favorita hija menor”. Pero los hijos siempre quieren estar seguros del amor especial, único y dedicado de sus padres; cuando de amor se trata nadie quiere estar en segundo lugar. Sin embargo, de alguna manera algunos piensan que el ser “menos amados” es algo que no es tan malo como ser odiado. Si cuando algún hijo sospecha que hay alguna diferencia entre el amor de sus padres hacia el o ella comparado al amor de alguno de sus hermanos, lo que piensa tal hijo es “no me quieren”.

En contexto: La manera en que la palabra es usada en la Biblia nos indica que se refiere a ‘odio’ o ‘aborrecimiento’ dentro de cierto contexto.  Por ejemplo, cuando Jesucristo dice que si alguno no le ama más a El que a su padre o a su madre no puede ser su discípulo (Lc. 14:26). ¿Qué significa eso? La Biblia nos manda a ‘honrar nuestro padre y nuestra madre” (Ex. 20; Dt. 5) y a cuidar y proveer para ellos (1 Ti. 5:8), eso por lo tanto, no puede significar un ‘des-amor’ total y final a nuestros padres; así que dentro del ‘contexto’ de tomar el primer lugar en nuestra vida, ni siquiera nuestros padres pueden estar por encima de Dios.  Si tuviéramos que escoger entre seguir a Dios o seguir a nuestros padres, nuestra obligación es escoger a Dios y odiar (aborrecer) a nuestros padres.

 

  • En el NT el ‘odio’ es ‘rechazo’: La manera consistente en que se utiliza la palabra μισω (miseō) en la Biblia es ‘rechazo’ y es también traducida ‘aborrecer’. En el NT la palabra es siempre usada para referirse a ‘rechazo’ y en muchas veces un intenso desprecio que en muchas veces lleva a la persecución, el aislamiento, la burla y hasta la misma muerte o asesinato:

Ver las siguientes citas: Mat 5:43; Mat 5:44; Mat 6:24; Mat 10:22; Mat 24:9; Mat 24:10; Mar 13:13; Luc 1:71; Luc 6:22; Luc 6:27; Luc 14:26; Luc 16:13; Luc 19:14; Luc 21:17;   Juan 3:20;   Juan 7:7;   Juan 12:25;   Juan 15:18;   Juan 15:19;   Juan 15:23;   Juan 15:24;   Juan 15:25;   Juan 17:14;  Rom 7:15;   Rom 9:13;   Efe. 5:29;   Tit 3:3;   Heb 1:9;   1Juan 2:9;  1Juan 2:11;   1Juan 3:13;   1Juan 3:15;   1Juan 4:20;   Apo. 2:6;   Apo. 2:15;   Apo. 17:16;   Apo. 18:2

Algunas citas como ejemplo:

·        Mateo 10:22 Y seréis aborrecidos (μισω) de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

·        Mateo 24:9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos (μισω) de todas las gentes por causa de mi nombre.

·        Marcos 13:13 Y seréis aborrecidos (μισω) de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

·        Lucas 21:17 y seréis aborrecidos (μισω) de todos por causa de mi nombre.

·        Juan 15:18  Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido (μισω) antes que a vosotros.

·        Juan 15:24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido (μισω) a mí y a mi Padre.

  • En el AT ‘odio’ es ‘rechazo’: Por ejemplo, la primera vez que se menciona la palabra odio es en Génesis 26:27 donde Isaac les dice a Abimelec y su amigo que ellos lo “habían odiado” (μισσατ) según la versión Septuaginta (LXX) después que ellos le rechazaron y él fuese echado por ellos de su tierra. También vemos lo mismo en Jueces 7:7:

Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis (μισσατ) vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?

Los hermanos de José lo ‘aborrecían’ (odiaban) a causa de sus sueños (Gen, 37:4-5). Se usa la misma palabra (μσησαν), lo odiaba, en la Septúaginta:

Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían/ odiaban, y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle/ odiarle (μσησαν), más todavía.

El odio de los hermanos de José era tanto que les llevó a querer asesinarlo (Gen. 37:20) y finalmente deshacerse de el al venderlo para Egipto como esclavo.

  • El odiar es lo opuesto a amar : Odiar no es “amar menos” sino lo opuesto a “amar”.  En la Biblia se presenta el concepto de ‘amar’ y ‘odiar’ se hace en comparación a algo o alguien. Por ejemplo en Mateo 6:24:

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá/odiará (μισω (miseō) al uno y amará (γαπω agapaō) al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas

            En otra cita conocida (Juan 12:25) leemos a Jesús diciendo:

El que ama (φιλω phileō) su vida, la perderá; y el que aborrece/ odia (μισω (miseō) su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.

            Y otra vez, (Juan 15:19) los seguidores son odiados por el mundo, pero no amados por el:

Si fuerais del mundo, el mundo amaría (φιλω phileō) lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece/ odia (μισω (miseō) .

Con relación a Jesucristo se dice en Hebreos 1:9 que ‘ama’ la justicia. Nadie estaría dispuesto a decir que El ama mucho la justicia y ama menos la maldad lo cual sería una locura antibíblica:

Has amado (γαπω agapaō) la justicia,

y aborrecido (μισω miseō) la maldad,
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

Una vez más vemos el llamado a los cristianos a odiar el mundo y amar a Dios.  La misma palabra griega es usada para referirse al ‘odio’:

1 Juan 2:9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.

1 Juan 2:11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

1 Juan 3:15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

  • Amar es tener preferencia: En la historia de Jacob podemos ver el contraste entre el amar y el amar menos lo cual significa odiar.  Por ejemplo, cuando leemos la historia de Isaac quien tuvo dos hijos, a Jacob y a Esaú, la Biblia dice en Génesis 25:27

Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. 28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

Vemos que en este caso había ‘preferencia’ entre los dos hijos por parte de su padre y su madre. Isaac prefería a Esaú mientras que Rebeca prefería a Jacob.

Más tarde leemos en la historia de Jacob que este se quiso casar con Raquel trabajó siete años por ella, el día de la boda, el padre de la novia le entregó a Lea su hermana.  Jacob trabajó siete años más por Raquel y finalmente la tuvo como esposa. En Gen. 29:30 leemos:

Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada. 30 Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años.

De ahí que algunos tomen la idea de que ‘odiar’ es ‘amar menos’; sin embargo, mirando bien el contexto notamos que la referencia a “la amó más que…” significa que mantuvo más relaciones íntimas con Raquel porque la prefería a ella sobre su hermana Lea:

31 Y vio Jehová que Lea era menospreciada (sane'= odiada), y le dio hijos; pero Raquel era estéril. 32 Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido. 33 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón. 34 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví. 35 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.

Aunque a algunos le de alivio el pensar que la palabra “odio” en la Biblia en realidad significa “amar menos”, lo cierto es que no nos ofrece una solución adecuada al mensaje de que el Dios de amor de la Biblia también pueda ‘odiar’ a sus criaturas, y como sucede en el caso de Romanos 9 donde se menciona que Dios aborreció a Esaú, algunos sostienen que no se refiere al mismo Esaú sino a la nación formada por sus descendientes, los Edomitas según la cita en Malaquías 1:1-3:

Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto.

Sin embargo esa interpretación no ayuda su caso. Si el verso es aplicado solamente a Esaú, es una sola persona a la que Dios 'odia', pero si el texto es aplicado a la nación completa formada por sus descendientes (como lo vemos en Malaquías), son muchos, cientos de miles los que Dios ‘odia’ y como vimos, nadie quiere ser “amado menos” porque ese odio es ‘rechazo’, es lo opuesto al amor, y es tener preferencia por otro, en este caso, el hermano de Esaú. Lo que vemos aquí es que tanto Esaú como sus descendientes (los Edomitas) fueron rechazados y abandonados por Dios mientras que Jacob/ Israel y sus descendientes (los Israelitas) fueron escogidos y bendecidos por Dios.

El Dios que odia

La Biblia nos presenta un Dios que aunque es amor, es tambié capaz de odiar los hombres.  La Biblia dice que Dios odia por varias razones, odia al pecador y al que ama la violencia (Salmo 11):

Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.

En Proverbios 6 leemos:

Seis cosas aborrece Jehová,
Y aun siete abomina su alma:

17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de sangre inocente,

18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,

19 El testigo falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia entre hermanos.

Pero Dios también aborrece al que El ha pasado por alto y desechado en su soberanía; Deuteronomio 4:

30 Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; 31 porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres. 32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. 33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? 34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. 36 Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego. 37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder, 38 para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy. 39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. 40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.

Concluimos

Es algo difícil para nosotros el comprender que un Dios que es Amor pueda también al mismo tiempo y justamente ‘odiar’ sus criaturas, preferir unos por encima de otros y hasta rechazarles y destruirles, pero eso es lo que nos enseña la Biblia. También podemos estar seguros que Dios ama y cuida de aquellos a quienes ha escogido para sí como nación santa, pueblo adquirido para su gloria. Allí debe estar nuestra confianza en todo tiempo, en que Dios nos ha amado y ha enviado a su Hijo a morir por nuestros pecados. Es por medio de la fe que sabemos que Dios no nos ama y nos cuida y nos protege eternamente.

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J.L. Trujillo

19 de febrero, 2017.